Goliat (Segunda Parte)

   

 Cuando apenas el pequeño Goliat tenía dos años de edad, su familia estaba pasando en su peor momento de pobreza y miseria; el padre de Goliat estaba sumergido en la desesperación por mantener su numerosa familia pobre, o como decía el viejo refrán: no sólo de amor se vive; tenía dos hijas y cinco hijos, incluyendo al pequeño Goliat, tenía que tomar una decisión drástica aunque a su esposa no le agradara, y era de entregar una de sus hijas la mayor de catorce años, por ella le daría un salario mínimo mensual por un año como máximo, con la promesa que estaría bien y le darían educación, algo que el padre de Goliat nunca había podido hacer por falta de recursos económicos, pero de todos los adultos sabían muy bien que todo eso era mentiras, en su gran mayoría las niñas terminaban en la prostitución manejadas sus vidas por el crimen organizado o hábilmente llamados "Sistemas de Castas", que se deriva de sus creencias religiosas milenarias, donde su dios supremo "Brahma" creador de todo tiene su propio linaje del cual se definen sus clases sociales más importantes, depende el origen del miembro del dios Brahma, el linaje de ése miembro es el estatus social que debe desempeñar dentro de la vida social, pero los linajes del dios Brahma tiene su contraparte, los descendientes del dios "Dalits" que está afuera de todo linaje del dios Brahma; los descendientes del dios Dalits están afuera de todo el sistema de Castas, o por decir de otra manera, de todo orden social, a ellos o ellas sólo se les permiten desempeñar trabajos marginal de muy mala remuneración o nula remuneración, como por ejemplo: jornaleros sin tierra, granjeros pobres, curtiembres, artesanos callejeros, lavadores de ropa, etc. Los hijos o hijas de los descendientes del dios Dalits, son usados como esclavos por parte de la clase dominante de su país, los descendientes del dios Brahma, normalmente usan los niños y niñas como esclavos, las niñas son llevadas a la prostitución, vendidas como sirvientes o trabajos domésticos, jamás son entregadas a sus familiares; los niños los esclavizan como: mineros, ladrilleros, jornaleros y cualquier trabajo de alto riesgo, que también nunca son entregados a sus familiares y si eso fuera poco hay familias enteras entre ellas de tres generaciones incluidas que son esclavizadas por deudas que jamás son saldadas por sus usureros adinerados, para ello usan un pequeño contingente de mercenarios de lo cual hacen posible la represión, masacrando familias enteras y hasta poblados donde ellos los definen como los descendientes del dios Dalits, la discriminación llega a tal punto que les llaman los intocables, porque para ellos son personas que contaminan el linaje del dios Brahma, alejándolos de poblados a su suerte, sólo llegan a ellos cuando necesitan manos esclavistas.
  El padre del pequeño Goliat no encontraba las palabras para decirle a su esposa que necesitaba entregar a una de sus hijas para sobrevivir su familia, sacrificar a una para el beneficio de otros; al fin encontró valor y le dijo a su esposa: necesitamos entregar a Shaila - su esposa puso la cara de espanto, no podía creer lo que le estaba pidiendo su esposo, le respondió: primero muerta antes de entregar una de mis hijas!!! - su esposo puso su semblante serio, sabía que tenían que demostrar autoridad ante su esposa, era por el bien de toda la familia: no te estoy pidiendo permiso sólo te lo hago saber, que no ves mujer que todos nos estamos muriendo de hambre, la cosecha no sirvió por la sequía y no tenemos otro recurso para sobrevivir tan sólo nuestros hijos - su esposa entendía muy bien su triste realidad, con lágrimas en sus ojos le respondió: esta es la clase de dioses que tenemos? La que nos marca en nuestra frente el sello de la esclavitud, acaso nosotros pedimos a que linaje pertenecer? Unos dioses que valen mucho y otros que no valen nada - calla mujer!!! le gritaba su esposo alterado, por menos de lo que tú has dicho han asesinado a familias enteras - su esposa no le quedó otra que tragarse su cólera y su frustración, con lágrimas en sus ojos le respondió a su esposo: haz lo que quieras.
  Era un día hermoso cuando se llevaron a Shaila con sus catorce años cumplidos, su madre miraba por la ventana de su humilde hogar, llorando inconsolable miraba como su hija era llevada por esos hombres a un futuro nada prometedor, no la perdió de vista hasta que se perdieron en camino polvoriento. Su madre pasó varios días sin comer por la depresión de perder a una de sus hijas, su esposo no podía hacer nada para alentar a su esposa, se sentía culpable por su desdicha, era el primer hijo que vendían, también se sentía destrozado, pero haciendo un poco de esfuerzo trató de consolar a su esposa, ella enfurecida le respondió: ya no quiero que me toques jamás!!! No quiero seguir pariendo más esclavos!!! Llorando de amargura.
  Una noche de tormenta su esposo no podía más con el cargo de conciencia, primero porque había vendido a su hija y segundo su esposa que no encontraba consuelo en nada, no quería comer, estaba claro que se estaba dejando morir por la tristeza; todos estaban dormidos excepto él, tomó una soga y salió de su humilde hogar, trepó el árbol más alto que encontró en el camino, la lluvia no paraba de dar su agua que a mucho tiempo se la negó al padre desdichado, amarró la soga con fuerza a una rama gruesa y robusta, en el otro extremo se puso la soga al cuello, los relámpagos y los truenos hacían su presencia en ésa noche de desdicha, el esposo con lágrimas en sus ojos le pedía disculpa a toda su familia por no ser un hombre valiente y por haber procreado unos hijos de nadie, se sentía poco hombre, en esos instantes se lanzó al vacío.....