El Diablo Y Sus Puntadas (Sexta Parte)

 

Que bueno volverte a ver querido Judas Iscariote, le decía hipócritamente San Pedro, dándole un fuerte abrazo de fraternidad -  pero perdona querido amigo pero estoy muy ocupado, tú ves la gran fila de almas esperando la entrada al cielo, así es que tengo pocos minutos para atenderte, espero que me comprendas mi gran amigo Judas, pero te regalo lo más preciado que una persona le pueda dar a otra y no es más que su tiempo; afirmaba San Pedro, siguiendo su mismo lineamiento hipócrita  - vaya Pedro, veo que esta subida al cielo mejoró tú oratoria, si no lo veo no lo creo, si estuvieras todavía en el planeta tierra fueras uno de los mejores políticos de la historia; pero no te preocupes Pedro, iré directo al grano, necesito un favor - ¿Qué quieres? preguntaba San Pedro con desconfianza - necesito que me des una copia del listado actualizado de los seres humanos que todavía están vivos en el planeta tierra, de los que están cerca a morir y que son malas personas, le exigía Judas Iscariote - no te puedo dar esa lista, le debo lealtad a Dios; afirmaba poéticamente San Pedro con su frente en alto; tú eres el maligno que vienes a tentarme para ponerme a prueba mi lealtad a Dios, decía San Pedro continuando con la frente en alto y con un tono de manso cordero - ¡Así! Exclamaba Judas Iscariote muy irritado, a puesto a que no saben aquí en el paraíso lo de tu amante, ¿lo recuerdas? Cuando estabas casado y me confesaste que tenías una amante, que era la mujer más bella de todo el mundo y resultó que en verdad no era mujer - a San Pedro se le salían los ojos de sus órbitas de la sorpresa que le tenía guardada Judas Iscariote, San Pedro pensaba que todo estaba olvidado y dejado esos pecados allá en la tierra, como aquel viejo refrán que dice: “Lo qué haces en Las Vegas, en Las Vegas queda”; San Pedro tomó por los hombros a Judas Iscariote con una sonrisa nerviosa, llevándolo a una de las esquina del cielo donde podían hablar con más privacidad, muy sonrojado y mirando a todos lados San Pedro le dijo: escucha Judas Iscariote todos tenemos el derecho de tener nuestra vidas privadas - así como ¿cuando confianzas tus pecados personales? preguntaba Judas Iscariote  - jejeje.... no entremos en detalles Judas, sabes, por la gran amistad que siempre nos unió y como muestra de la estimación que tengo contigo, aquí te doy una copia de la lista actualizada de esas pobres almas desdichadas, San Pedro sacó de su túnica blanca la gruesa lista de los mortales malvados dándoles en sus manos a Judas Iscariote - pero prometerme que jamás dirás una palabra de mi vida personal allá en la tierra, que todo eso quede entre amigos; exigía San Pedro a Judas Iscariote muy preocupado  - Judas Iscariote tomó la lista y hojeando cada hoja para cerciorarse que todo estaba en orden, puesto que ya no confiaba en ningunos de los discípulos, por su experiencia allá en la tierra; está bien Pedro ese secreto me lo llevaré a la tumba o mejor dicho al infierno, tienes mi palabra - A propósito, ¿Para que lo quieres? preguntaba San Pedro con disimulo - Ya lo sabrás Pedro, pero te prometo que no es para nada malo - Cómo sea mi querido amigo Judas Iscariote, de todas formas ya no nos interesa esas almas aquí en el cielo, ósea que nos da igual; bueno mi querido amigo Judas Iscariote te tengo que dejar estoy muy ocupado, Ahhh!! Por cierto, ¿no le quieres mandar saludos a tú gran maestro Jesús? Preguntaba San Pedro a Judas Iscariote  - ¡Por supuesto! dale esté saludo, Judas Iscariote le mostraba el puño cerrado a San Pedro con su dedo de en medio alzado hacia arriba; San Pedro se tapaba su boca con su mano en señal de admiración; mejor te dejo con tus almas en paz, y muy pronto tendrás noticias de las otras almas.
  Ya  de nuevo Judas Iscariote en el infierno... se reunieron con los tres demonios, el diablo daba hojeaba a la inmensa lista de todos esos mortales, iban por orden según la fecha que tiene que morir, su nombre completo y un resumen de su patética vida, perdón de su vida dudosa carente de todo bien y sentido  - Pues bien decía el diablo la primera de la lista es una tal Katerine J. según su expediente se dice que está poseída por un ¿¡Demonio!? Pero ¿¡que demonio es esto!? decía el diablo muy enfadado - no te alteres diablo es otra de esas locas que por andar jugando a los espíritus piensa que esta poseída por un demonio, revisa si usa drogas ilícitas - vamos a ver... decía el diablo leyendo el expediente de Katerine, ¡efectivamente Belcebú! tienes toda la razón, he aquí el meollo del asunto, concluye el diablo, y aquí dice que morirá en tres días, vaya menuda tarea que nos hemos impuesto esto será mucho trabajo, es mejor que todos los demonios colaboremos con esto - es simple diablo decía el demonio Aamon, solo los asustamos y nos vamos rapidamente de ahi, es mas con nuestras apariencia solo tenemos que sonreir, sera divertido - ¿Puedo ir yo? preguntaba humildemente  Judas Iscariote - por su puesto que no, respondía el diablo - Judas muy resentido preguntaba de nuevo, ¿Por Que no? yo les conseguí la lista - el diablo un poco apenado le respondía con mucha cautela: no es que no queramos llevarte querido

amigo Judas, pero nosotros somos los demonio y tu solo eres una alma desdichada, osea en pocas palabras nosotros tenemos apariencia terrorífica y tu no - a Judas Iscariote se le salían las lágrimas de resentimiento y sus labios se movían de un lado a otro como de un momento a otro iría a estallar en llanto, por primera vez quería tener una apariencia terrorífica, sólo para ahuyentar a las malas personas hacia el cielo, así poder vengarse de Jesús y sus apóstoles, vengarse porque ellos tomaron su vida y su destino para el propósito de ellos mismos  - ¡esta bien!  ¡esta bien! Judas Iscariote , puedes venir con nosotros, ¡demonios! no soporto ver a un hombre llorar, afirmaba el Diablo.
   Los tres demonios ya estaban en el planeta tierra... hicieron su primera aparición en el armario de la habitación como era ya lo tradicional allá en la tierra, los tres asomaron sus feos rostros por la puerta del armario, la ventaja de ellos que en el planeta tierra podían tomar la apariencia que ellos quisieran, siempre que fueran horribles y crueles; rápidamente se dieron cuenta que Katerine solo era una pequeña niña de tan solo unos 16 años de edad - vaya es una pena como desperdician sus vidas estos seres humanos, hasta ya me arrepenti ir a espantarla, confesaba el Diablo - ¡nada de eso! decía Judas Iscariote, yo fui ser humano tambien y no tengas lastimas por esas clases de personas, son más malvadas que ustedes tres juntos, vamos a darle el espanto de su vida, hoy que está dormida es el momento, el factor sorpresa es la mejor arma, decía Judas Iscariote por experiencia propia, ya que recordaba cómo los apóstoles lo habían golpeado con un garrote sorpresivamente detrás de su cabeza, y después lo colgaron del cuello a un árbol  - para allá se dirigia los tres demonios a los aposentos de Kateriene....