Gaspar (Séptima Parte)

 

Pasaron 25 años de matrimonio de Gaspar y Lisa ambos de 45 años de edad, procrearon dos hijos, Baltazar de 23 años de edad e Ismael Jr. de 22 años de edad en memoria de su abuelo y padre de Gaspar; la familia estaban felices porque era el día que celebraban las bodas de plata de Gaspar y Lisa. Aunque ambos hijos ya no vivían en la casa de sus padres fueron siempre unidos, formaron sus hogares a temprana edad igual que sus padres, los suegros de Gaspar habían digerido un poco a Gaspar como la figura de un yerno, pero su suegro a pesar de tantos años como el esposo de su hija y padre de sus dos nietos, todavía tenia sus dudas con respecto a Gaspar, Lisa le decía que no le diera importancia, que solo eran celos de sus padres.
 Como sea, Gaspar ya se sentía un hombre maduro, realizado y completo, solo quería disfrutar su vida con sus hijos ya hechos hombres tambien, y con su querida esposa Lisa; recordaba cuando se conocieron que al principio Lisa había mentido con respecto a sus cualidades, y juraba que no tenia defectos, pero era parte de la ingenuidad de la adolescencia, pero que mas da!! decía Gaspar, a pesar de todo eso, su esposa era una buena mujer y madre, así que dio terminado ese circulo de su vida, o al menos pensaba el.
 Un mañana Gaspar se estaba afeitando en el baño, término y se agachó para tomar agua del grifo con sus dos manos para quitarse el residuo de la crema de afeitar, se incorporó viéndose al espejo, apoyó sus dos manos en la mesa del lavamanos sin cerrar el grifo, dejando que el agua siguiera cayendo; se observó en el espejo detenidamente y por largo tiempo, se dio cuenta de algo que sufren algunos hombres pasando los cuarenta años, una negación a la realidad de la edad, y es que se estaba encaminando a la vejez o la tercera edad como le solían llamar ellos; son muchos los hombres que se niegan a envejecer, aunque casi nunca hablan de ello, pero es una inconformidad que llevan dentro de ellos, o mejor dicho, dentro de nosotros mismos.
 Gaspar un día que estaba solo en su casa, estaba escuchando por la radio su estación preferida, un programa llamado "Adulto Contemporáneo" música de su época cuando era un adolescente que le traía muchos recuerdos gratos y no muy gratos, el locutor era un hombre de su misma edad e invitaba a la audiencia que participara llamando a la cabina de la radio en vivo, para conocer de primera mano sus inquietudes, o simplemente charlar un poco de sus épocas doradas, dio el número telefónico gratuito a todos los radios escucha; Gaspar lo anotó en un papel servilleta rápidamente y se quedó con su teléfono celular en su mano derecha observándolo por unos cuantos minutos, dudando si hacer la llamada o no, pero antes de terminar el primer minuto se decidió en llamar - Hola!! Contestó el locutor y en el otro extremo se escuchó una débil voz que mas parecía susurro: hola.. Como te llamas amigo? Le preguntó el locutor - en el otro extremo, Gaspar movía los ojos y su cabeza alocadamente, como si se imaginara que alguien lo estaba observando, a los pocos segundo respondió mintiendo: Manuel, con voz vacilante y no muy segura, e hizo el sonido fuerte de garganta como si algo estuviera obstruyendo su garganta, el típico gesto de incomodidad - Ok amigo Manuel, y cuál es motivo de tú llamada? Le preguntó de nuevo el locutor - Gaspar, perdón "Manuel" se puso nervioso pero a la misma vez tomó valor, ya que esta como incógnito, nadie sabría sobre esa llamada y menos su familia, así que se relajo y respondió: púes tengo un problema de edad, dijo Manuel - el locutor se quedó un poco extrañado, y le hizo otra pregunta: Cuál es tú edad, Manuel? - Manuel le respondió: 45 años, pero sabes, me cuesta aceptar que me estoy haciendo viejo- Ahhh!!! Ya veo cual es tú inquietud Manuel, sabes que no eres el único? Todo hombre pasado de los cuarenta años se les hace difícil aceptar su edad madura, le respondía el locutor - bueno sí, pero la verdad no tengo idea como afrontarlo, tal vez tú o alguien que nos está escuchando me podría dar un consejo, le dijo Manuel - Ya veo, sabes Manuel yo también tengo tú misma edad, lo que te puedo decir que es algo pasajero, pero si quieres disfrutar algún tiempo como joven has lo, tal vez sean los últimos con algo de vitalidad, es una de las ventaja de ser hombre, no necesitamos de muchos, solo te pintas las canas, te haces un corte de cabello a la moda, te compras una chamarra de cuero, jeans, botas y una hermosa motocicleta, y Listo!!! Ya tienes veinte años menos, le aconsejaba el locutor - en la otra linea, a Manuel se le dibujaba una sonrisa de oreja a oreja, Gracias amigo!! Le respondió Manuel con mucha alegría y colgó la llamada muy entusiasmado - el locutor, después de haber hablado con Manuel, se quedó meditando unos segundo sobre esa conversación, y muy preocupado volvió a dirigirse a su audiencia en directo: Por favor Manuel!! Si me puedes llamar de regreso, se me olvidó preguntarte, Si eres casado?