Gaspar (Segunda Parte)

 

La mascota del equipo de fútbol era una ave, pero a ciencia cierta no se sabia a que clase de ave clasificar, pues ése traje Fue hecho de muy mal gusto, bajo presupuesto, a la ligereza y una modista de tercera categoría; pero todo el equipo juraba que era un águila, pero en verdad no tenia ningún parecido, más bien le tiraba a la figura de un canario muy mal hecho,a la vez ridículo y risible ; pero como fuera Gaspar iba a representar a ésa ave que a sido motivo de orgullo, motivo de canciones y hasta de leyendas épicas. La temporada había comenzado muy bien para el equipo de Gaspar, la verdad que él tenia un don para representar a ése pajarraco, perdón al águila!!! Animaba mucho a su equipo con sus payasadas y ocurrencias, pero lo que mas le encantaba a Gaspar, perdón al pajarraco, no!!! Al Águila!!! era corretear a las cachiporras de su mismo equipo; y en uno de ésos apretones algo se encendido en una de las cachiporras, llamada Lisa, una chica estándar, bueno por así decirlo, que tenia un temperamento muy fuerte, pero lo disfrazaba muy bien cuando se trataba de animar a su equipo; a Lisa le atraía ese pajarraco mal hecho, no se que era lo que le atraía, tal vez ya lo miraba con ojos de amor o tal vez una curiosidad perversa, o a lo mejor los apretones del pajarraco, bueno como sea se dispuso a conocer al tipo del traje ridículo, osea el personificaba el traje del pajarraco; púes cuando supo de Gaspar fue como un flechazo de ése tipo tan entrometido llamado "Cupido", fue lo que comúnmente se conoce amor a primera vista... bueno, tal vez al primer apretón. Fue así como Gaspar y Lisa se fueron conociendo poco a poco, pero lo que le preocupaba a Lisa fue la declaración que le hizo Gaspar un día, y es que su mujer ideal tenia que tener muy buen humor, alegre, vivaz, extrovertida y no tomar los problemas tan a pecho; cosa que Lisa no lo era... Al menos!!! que fingiera un poco, así como lo hacia cuando estaba de cachiporras; eso pensó Lisa, claro que no iba hacer para toda la vida, tan solo mientras Gaspar picara el anzuelo. Pero lo que no sabía Gaspar era que Lisa eran de ésas chicas que no quería un simple noviazgo, ella era de ésas chicas que siempre soñaba despierta con su príncipe azul, enamorarse, casarse y tener hijos, o en pocas palabras tener un marido de verdad, pero claro que Lisa no era muy sincera, ya que si era franca con Gaspar lo podía ahuyentar, como siempre suele pasar en los barones de su edad. Pero como en la vida misma, lo que tendría que pasar pasó; fue un beso tan fugaz pero determinante para que Lisa y Gaspar fueran novios oficialmente, aunque no quedaba claro quien de los dos había tomado la iniciativa de ése primer beso, Lisa decía que fue Gaspar, cuando ella fingió que tenia algo adentro de su ojo derecho y como Gaspar estaba muy cerca de ella, era inevitable que Lisa cerrara sus ojos e hiciera diminuto sus labios seductores, así empuñados como cuando alguien bebe con un pitillo, pajilla, popotle o como le quieran llamar, de ésos utensilios largos, huecos y plástico, que sirve para tomar refrescos; cuando vio ésa boquita tan apretadita, diminuta e inocente, púes no le quedó de otra a Gaspar hacer lo mismo pero con los ojos abiertos, por si las moscas... pero Gaspar se llevó una gran sorpresa, la boquita apretadita diminuta e inocente de Lisa solo era el aspecto que tenía, cuando tocaron los labios de Gaspar, el sentía como si una serpiente lo estaba besando, su lengua la podía sentir hasta su esófago y Gaspar abría sus dos ojos hasta dónde le daba sus párpados, pero así como empezó, así termino de rápido, y cuándo ése fugaz beso termino Gaspar se quedó estupefacto, con la boca abierta y sus ojos se quedaron pestañeado rápidamente, así como las luces intermitentes de los árbolitos de navidad, e inmediatamente Lisa le dijo: Ya listo!!! Ya somos novios....
  Aunque los padres de Lisa nunca aceptaron la relación de noviazgo de su hija Lisa con Gaspar, optaron por callar y no entrometerse, ya que su padre sabia muy bien que a las mujeres es de muy mala idea prohibirles o presionarlas que dejen una relación, porque se ponen testarudas, sordas e insolentes, y se empecinan mas por el puro capricho que por el verdadero amor que tiene por su amado; y vaya si lo sabia muy bien su padre, fue así como termino casado con su esposa y madre de Lisa. Pero lo que nadie sabia, ni sus padres, ni los padres de Gaspar, ni tampoco el propio Gaspar, era que Lisa no iba por un simple noviazgo, iba por una marido de verdad, osea una matrimonio con toda la de la ley....