Gaspar (Primera Parte)

Gaspar desde niño fue muy regordete y cachetón, en la escuela de cariño le decían Gasparin, aquella tira cómica de un niño fantasma que era bueno y noble, o como dice mi ahijado: A todo dar!!!
 Pero mientras su pequeño cuerpo iba mutando con los pasos de los años, ya no le gustaba que le dijeran Gasparin, sino su verdadero nombre, el nombre que su Santo Padre le había puesto en aquella pila bautismal. Pero como suele suceder, un sobrenombre es difícil de quitárselo de encima, más aún cuando con eso te identifican en tú barrio; Gaspar peleó como todo un hombre, bueno casi como hombre, con sus amigos y compañeros de la escuela para dejar en claro que ya no le gustaba que le dijeran Gasparin, pero como suele suceder, algunas peleas las ganaba y otras no, hasta que un buen día toda su familia se mudaron a otro barrio muy lejos de allí; para Gaspar era una nueva vida porque nadie los conocían en ése nuevo barrio, bueno, nuevo para ellos claro está; a Gaspar ya le estaba cambiando su voz aguda que hasta los perros se les tiraban encima para poder callar esa voz tan repulsiva para los canes, por una voz ronca y seca, su estatura iba en viento en popa,  la figura regordete ya era cosa del pasado, solo les quedaron sus cachetes, y como era de esperar en el genero masculino, le salieron los primeros bellos rancios de bajo de la nariz, a lo que Gaspar con mucho orgullo y honra, lo mostraba y lo llamaba "Mi Bigote".
 Gaspar como hijo único creció y se desarrolló con su madre Margot y su padre Ismael, eran una familia muy cómica, siempre se hacían muchas bromas sin faltar se el respeto, bueno tal vez solo con Gaspar pero como eran sus padres no le quedaba de otra que aguantar sus envestidas de sus bromas; su madre Margot siempre le decía Gasparin de cariño, así que de ningún modo Gaspar no se quitó de encima su sobrenombre que le dieron los antiguos compañeros de la escuela, así que en su nuevo barrio también lo conocían con su sobrenombre de Gasparin. Ya nada que pudiera hacer Gaspar con su nombre de pila se tuvo que resignar, cada vez que lo llamaban Gasparin para mostrarle algo, él de muy mala gana y alzaba la vista al cielo como implorando al Dios creador, paciencia para con los suyos, respondía: Y ahora que quieres??? Su padre Ismael decía que de haberlo sabido antes, solo le hubiera añadido las letras " in" al nombre que puso a su hijo y asunto arreglado.
 Gaspar a sus 17 años estaba cursando su último año para salir de la escuela y preparase para ir a la Universidad; pero su gran sueño desdé que estaba estudiando en la escuela era pertenecer al equipo de fútbol de su escuela, tenia muchas ventaja a parte de las chicas seria uno de los chicos más populares de la escuela, que cada joven soñaba con eso, pero ya había intentado muchas veces y siempre sus sueños eran frustrados, ya que para el, el deporte nunca fueron sus atributos, siempre le daba el balón al equipo contrario algo así como un traidor y corría más veloz una ardilla que Gaspar; pero sin ser así tuvo la valentía de hacer el último intento, que más podía perder si era su último año en la escuela. Así que fue hablar con el profesor de educación física y se le quedó mirando por largo rato, como queriendo decir: y todavía tienes el descaro de querer pertenecer al equipo??? Ya que por culpa de Gaspar habían perdido dos importantes partidos de fútbol que les costó la eliminación... todavía el profesor lo miraba detenidamente sin decirle nada, que Gaspar se incómodo mucho, mirando por todas partes, como si buscará un no se qué? Pero el profesor sintió compasión de Gaspar, pues consideró su valentía ya que el chico tenias agallas... antes de retirarse Gaspar de su presencia con la moral al ras de piso, el profesor habló: lo siento Gaspar pero no tengo vacantes en el equipo - pero Gaspar ya sabia de antemano que habían dos vacantes - así que agachó su cabeza y le dio la espalda al profesor para retirarse, pero el profesor alzó la voz para llamarlo: Gaspar espera!!! - Gaspar lo voltio a ver al entrenador con ese rostro y mirada que hace los niños a su padre cuando hace una travesura - tengo una, pero no se si la quieres, titubeó el profesor - de que se trata, respondió Gaspar muy feliz - bueno... es de la mascota del equipo, le dijo el profesor mirándolo como sopesando la reacción de Gaspar - Gaspar un poco desanimado lo pensó por unos segundo, él ya sabia que estaba esa vacante, ya que el chico que servía como mascota se dobló el tobillo en una pirueta graciosa que salió mal, y sus padres le habían prohibido que no más de mascota; pero Gaspar levantó su mirada con orgullo y ya resuelto le respondió con un Si!!! de todas maneras que más daba....