Hay ganas de morir, hay ganas de regresar y volver amar también, combatiendo en una encrucijada, con dos aguas bravías. Hay también ganas de un gran beso de mortaja hacia la vida, hay ganas de no tener ganas de vivir, de no haber tenido un corazón.
¡Oh, Dios! A ti te señalo con el dedo acusador; la primavera vuelve y vuelve, y luego se irá, y Dios curvando nuestro tiempo, para volver y regresar, volver y regresar, se repite y pasa, se repite y pasa. La vida sientes como se transforma en lúgubre.
Pero de aquí no se va nadie, ni mi alma suicida, sin antes de resolver el gran enigma ¿Que es Dios? - hay que resolver sin cobardía, sin huir; tal vez así, entendamos que somos nosotros; entonces así, hay ganas de quedarse plantado en esté verso.
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