Un día como otro cualquiera, salimos del trabajo, era otoño y de noche, muy frió por cierto; siempre caminábamos largas distancias porque ninguno de los dos teníamos carro y nos quedaba muy lejos el trabajo de nuestros hogares en Arlington Virginia, pero para cambiar de monotonía decidimos pasar por otro camino, pasamos por una tiendas de esas que tienen todo lo necesario para el sexo. (Sex Shop) o tienda de sexo. Erwin hizo un alto y se quedó mirando muy curioso la tienda ya cerrada porque era alta horas de la noche, yo no le tome importancia y le dije que continuáramos, Erwin con la boca abierta me dijo Ok.
Pasado 6 meses de ese viaje un día me dijo con un poco de vergüenza pero en confianza que tenía algo que quería decir me. Así como todas las personas tienen su lado secreto, morbo y loco; yo conocí el de mi amigo Erwin, pero como era demasiado estupor y a los locos ya no se le llaman locos sino que Excéntricos, así es que lo quise llamar así: El Excéntrico. Me contó que había conocido una rubia muy hermosa con ojos azules y que estaba muy enamorado de ella, que jamás en su corta vida había conocido una mujer así, y que solo le había costado $400.00, cuando escuche eso me quedé tan confundido como un perro en medio de una procesión católica, y le dije: Cómo así? el me dijo que en la tienda se sexo había comprado una muñeca hermosa, hecha a su gusto y a su medida, que no la cambiaba por nada ni nadie de esta efímera vida. Yo fui a su casa y me mostró esa rubia despampanante y la verdad no estaba mal, el me dijo: no se te antoja?, le dije que no (pero la verdad me moría por la curiosidad, para sentir como se siente... bueno se los dejo a su imaginación) Y le pregunte que cual era la diferencia con las verdaderas mujeres, ósea las de carne y hueso; el me dijo: Estás nunca te joden la vida, no va de compras, no te critica, jamás abre la boca insultarte y decirte que eres poca cosa, etc. Bueno, si abre la boca pero no precisamente para insultarte, no te exigen, a la larga te sale barato, y lo mejor de todo que siempre están dispuestas. Bueno me dije a mi mismo: Es cosa de locos, no?...Y continuó diciendo Erwin que la manera de amarla era escuchando aquella Canción de The Romantics, la que se tituló: One in a millon (Una en un Millón)..... Cuando Erwin escuchaba esa canción, su mente deliberaba en aquellas melodías y en los sin fines anales sexuales... o mejor dicho: en esos sexuales anales.. ponía cara de idiota mezclado con depravación y lujuria que hasta mi me daba miedo, por un momento pensé en tirarme por la ventana; miraba a su rubia doncella con ojos de deseo y babeaba como un bebe pidiendo su néctar.....
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