El pequeño Jerry miraba muy tristemente el firmamento oscuro de la noche por una de las ventanas de la casa donde su progenitor lo había dejado con unos conocidos, con la promesa que regresaría por su hijo lo más pronto que le fuera posible - Donde estas papá? Se preguntaba el pequeño Jerry es su pequeña cabeza llena de inocencia y de todas las cosas buenas que sólo los niños de su edad pueden dar. Ya habían pasado tres meses desde que su padre lo dejó allí, ya eran los primeros días de Diciembre, todo el ambiente estaba cargado de las prontas festividades navideñas, Jerry a su corta edad de diez años, se preguntaba que si su padre llegaría por él para la nochebuena. La familia O'Conor que le dio cobijo al Pequeño Jerry, se le partía el corazón ver al niño tan triste y todos los días preguntaba por su padre, ellos hacían un esfuerzo sobrehumano para que Jerry se sintiera bien en su hogar mientras llegaba su padre; ellos llamaba por teléfono constantemente a Peter, el padre de Jerry para que viniera por su hijo, pero siempre le daba largas al asunto. Desde siempre había llevado una doble vida, todo empezó en círculos social donde había nacido, eran Amish, un círculo religioso ortodoxo y se rigen por normas muy bien establecidas, quien infrinjan esas normas son expulsados de la comunidad; Peter el padre de Jerry, había nacido con una inclinación sexual con aquellos de su mismo género, para no ser rechazado de su comunidad y de su familia se casó procreando un hijo varón, después que su esposa falleció en un trágico incendio decidió irse de la comunidad con su hijo, dando así rienda suelta a su propia sexualidad desenfrenada; el pequeño Jerry siempre observó que su padre mantenía amoríos con personas de su mismo sexo, aunque eso lo miraba con desaprobación, amaba a su padre tal como era, pero su padre tenía otra cosa en mente.

El portal del otro mundo se abría de nuevo en esa fría noche, el ángel de la muerte volvió aparecer de nuevo, para arrebatarle la vida y el alma, aquellos seres malditos que solo hacen más desgraciada la vidas de las demas seres humanos... Nicolás iba caminado sobre la grama, cada pisada se escuchaba en crujir del hielo congelado, se ajustó más su chaqueta, era un frío intenso, sus ojos se tornaban de color negro brillante así podía observar muy bien en la oscuridad de la noche, miraba los pequeños pasos que lo condujeron donde estaba el cuerpo congelado del pequeño Jerry, Nicolás paró en seco y observaba al pequeño Jerry acostado en forma fetal sobre la grama congelada, sus ojos estaban abiertos, pero sus lágrimas congeladas, como buscando una luz al final de la oscuridad, Nicolás se puso de rodillas enfrente de Jerry, su odio y sed de venganza iba creciendo como espuma para aquella alma maldita que le había hecho daño al pequeño niño, si alguna vez tuvo dudas sobre lo que hacía ahora, ese caso del pequeño Jerry disipó cualquier duda, su venganza será cruel y sin piedad para ninguna de ellas...
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