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Novato de la literatura y de la vida...

April 24, 2015

Lazos de Sangre (Cuarta Parte)

 
Felipe estaba más confundido que nunca, su esposa Pamela había hecho meollo en los sentimientos nobles de Felipe, él creía que a pesar de todo amaba a su esposa, y ése amor que sentía por ella era posible que su esposa cambiara a una nueva persona que quizás nunca lo fue; Pamela después de culpar en parte a su marido por hacerle infiel, cuando se percató que Felipe no cedía cambio de táctica, aceptó que de ella fue toda la culpa y con lágrimas en sus ojos le pidió perdón a su marido, que perdonara el grave error que había cometido.
  Pero con su hermano Ulises era otra cosa: te dije Felipe, que esperas más tiempo para casarte, a lo mejor hubieras descubierto lo que en verdad era Pamela, pero lo que no puedo aceptar es que vuelvas a convivir con ella de nuevo - Felipe confundido y con vergüenza ante su hermano menor, respondía: hay que saber perdonar los errores de otras personas - Ulises se le quedó mirando fijamente a su hermano mayor, nunca lo había visto tan idiota por una mujer... aclaremos dos cosas primero Felipe, la primera es que dejes de llamar error a una traición, porque ésos es lo que te a metido en tu mente ésa zorra, son dos conceptos diferentes, el error es cometido por ignorancia o sobrestimar las cosas, pero sin ninguna mala intención de hacer un daño a alguien, porque lo que hizo Pamela todo era premeditado y sabía muy bien que tú serías el más perjudicado; segundo, la puedes perdonar todo lo que quieras, pero de un perdón a querer convivir otra vez con ésa persona, es algo muy diferente porque para continuar una relación se necesita confianza, y no creo que después de todo esto le vuelvas a tener confianza; pero tu tienes la última palabra, solo recuerda que soy tu hermano de sangre, lo que tu hagas me afectara a mi también - Felipe bajó la cabeza ante su hermano menor, no le podía objetar nada ni defender a su esposa ante los insultos que le hacía Ulises, pues su honor como mujer estaba por el suelo por sus actos tan bajos, y lo peor de todo es que Ulises tenía toda la razón, como defender lo indefensible.
  Pero a pesar todas las advertencias de su hermano y amistades, Felipe siguió con su matrimonio mal trecho, decidió darle una segunda oportunidad; pero a diferencia de las mujeres que siguen una relación con un marido mujeriego, aunque nunca se olvidan pero saben muy bien ocultar todo ese remordimiento, a diferencia de los hombre es totalmente diferente, el hombre podrá ocultar su frustración en corto tiempo, pero eso equivale a una bomba de tiempo.
  Pasaron dos meses, pero Felipe desde el primer momento que tuvo relaciones sexuales con Pamela después de la infidelidad de su esposa, sentía como si le estuviera haciendo el amor a una prostituta, las primeras veces lo disimulaba bastante bien, pero con el correr de los días, sentía asco no más con dormir a su lado, la miraba con indiferencia y desconfianza, muchas veces se preguntaba así mismo: en que estaba pensando cuando le di una segunda oportunidad!!!! Felipe llegó a tal punto de su frustración que empezó a beber licor muy frecuente, y cuando estaba en estado de embriaguez, empezaba a gritarle a Pamela, insultándola como el ser mas despreciable y ruin que haya existido en toda la humanidad, tanto que Pamela se sentía el ser más diminuto de la faz de la tierra; después venían los golpes físicos de parte de su marido, que Pamela pasaba encerrada hasta tres días seguido en la casa para que no le vieran los moretones. Ulises se mantenía al margen de las peleas domésticas, eso no quería decir que aprobara lo que estaba haciendo su hermano, pero ya estaba harto que Felipe no le tomara sus consejos.
  Un día de tanto maltrato psicológico y físico hacía Pamela, ella se vio nuevamente con su amante, ya que Carlos le insistía constantemente que regresará a sus antiguas andanzas, pero lo que vio Carlos fue tan impactante que tomó un gran odio contra Felipe, aunque Pamela le noto muy furioso pero Carlos lo único que le dijo es porque no lo denunciaba a la policía, Pamela con lágrimas en sus ojos y mirando un horizonte que para ella no existía, solo le contestó: Tal vez me lo merezco.
  Pasaron los días y dentro de Carlos iba creciendo un odio desmedido contra Felipe, pero jamás le dijo algo a Pamela y mucho menos a su hermano Duglas; solo se decía así mismo, que tanto era la mujer de Felipe como la suya también, que la protegería hasta con su propia vida si fuera necesario, su odio era tan devastador que nuevamente le segó la razón.
  Felipe iba en su automóvil altas horas de la noche, era fin de semana y el restaurante como era habitual cerraba ya muy tarde, entrando a su barrio pero todavía muy distante de su casa, hizo un alto que la señal de tránsito así lo exigía, y como de la nada otro automóvil hizo el mismo alto con brusquedad a la par de automóvil de Felipe, él iba con el vidrio de la puerta hacía bajo y curiosamente observó el otro automóvil con los vidrios hacía arriba, pero en esos instantes bajo uno de los vidrios que quedaba en dirección de Felipe, vio que se asomó un revólver de alto calibre apuntándole a él, no tuvo tiempo de nada, sólo vio la primera detonación del arma y la primera bala que se incrustó en su rostro.

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