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Novato de la literatura y de la vida...

July 23, 2014

El Preso #698


 Era un día Lunes muy primaveral, no tenía que trabajar ese día, así que decide pasarla bien en mi apartamento al menos por la mañana, por la tarde llamaría a alguien para salir un poco a disfrutar mi día libre; me serví una taza con café y puse una de mis películas favorita: "3:10 To Yuma", protagonizada por Russelle Crowe, que cuenta como él era el cabecilla de una banda de forajidos y tuvo que sacrificar toda su banda por salvaguardar una familia rural... estaba muy concentrado en mi película y mi taza de café cuando timbro el teléfono, me dije antes de contestar: que no sea del trabajo, casi siempre me llaman para regresar al trabajo, levanté el teléfono y contesté, era una voz afligida y susurrante, como si no quisiera que los que estaban ahí lo escucharan, verifique el número telefónico de donde me habían marcado pero no conocía ese número, y le dije casi gritando: no se quien esta llamando y no entiendo nada, ¡¡así es que voy a colgar!! Cuando dije eso la voz del otro lado respondió mucho más firme: Soy yo Ricardo tú amigo, estoy en apuros necesito tú ayuda - ¿Y dónde te encuentras? le dije-  te estoy llamando desde la prisión, pero no puedo darte más detalles porque sólo me han dado dos minutos para llamar a un familiar, pero como no tengo, se me ocurrió llamarte a ti, ¿me puedes ayudar? claro que sí, ¿en que prisión te encuentras y que día puedo ir? Ricardo me dio la dirección y me dijo que el día Miércoles podría llegar a visitarlo.
 Pasé esos dos días haciéndome la pregunta: ¿Que había hecho Ricardo para que estuviera preso? Yo lo conocía hace 5 años y nunca se había metido en problema serios, llegó a nuestro barrio después que su familia lo corrió de la casa... bueno no lo corrieron más bien lo dejaron abandonado, un día que llegó a su casa alquilada ya toda su familia se había marchado dejándolo en la orfandad con sus 19 años ya cumplidos, era muy estudioso y trabajador, no tenía ningún vicio, tal vez se buscó problemas en su trabajo o la Universidad, todo era muy confuso, solo podía divagar el porque estaba en prisión.
 Llegó el día que tenía que ir a visitarlo, estaba muy ansioso con más preguntas que repuestas, llegué donde estaba la oficina de información para saber el paradero de Ricardo, él estaba soltero y sin hijos también ésa hipótesis quedaba descartada por peleas domésticas; estaba en la sala de información un oficial alto y con mucho sobrepeso, pero con mirada fría, pasé enfrente de él y le di el nombre completo de Ricardo, el oficial empezó a buscarlo en la base de datos de la prisión, detrás del oficial había un monitor de unas 32"y luego salió una imagen de hombre joven, él oficial se me quedó mirando con esa mirada fría y me pregunto ¿Es ése tú amigo? Le presté más atención a la foto que se proyectaba en el monitor y no lo podía creer, era Ricardo con un uniforme de la prisión color naranja, trague saliva y le respondí que efectivamente era él, el oficial me entregó un papel que decía: "Prisionero #698" el oficial me indicó dónde me tendría que dirigir para ver a mi amigo y no podía con la curiosidad, le pregunté porque estaba detenido, el oficial me miró fríamente y respondió: Por andar apretando a las mujeres en los autobuses.
 Jamás en mi vida había escuchado ese termino que había usado el oficial, ni mucho menos sabia de que se trataba, pero me dirigí a la entrada principal de las visitas, era una fila enorme no sabía que habían tantos presos y sus familiares desesperados por visitarlos; después de una hora y allí estaba el prisionero #698, perdón mi amigo Ricardo, cuando lo vi estaba muy demacrado, preocupado y desesperado por el encierro, pero apenas llevaba tres días de encierro, cuando llegue se emocionó mucho y me abrazó dándome un buen apretón de mano, me dijo: pensaba que no ibas a venir y no te culparía esto es un verdadero infierno, -pero ¿por que te han detenido? le dije-  me da vergüenza decirlo, Ricardo se quedó pensativo y luego de un rato me confesó: creo que tengo un grande problema mental y hasta ahora que estoy preso me he dado cuenta de eso, al salir de este encierro juro que iré a un psicólogo a que me arregle el cerebro, porque siento que apesta, me detuvieron porque yo era uno de muchos hombres que se suben a los autobuses a tocar las partes intimas de las mujeres.. y en ese momento era un gran problema para las mujeres que se trasportaban en autobuses, eran vilmente ultrajada por esas tocaderas y las autoridades ya habían tomado cartas en el asunto, habían condenado ese acto deshonroso de 1 a 3 años de prision y constantemente viajaban autoridades policiales vestidos de civil en los autobuses, para asistir a las mujeres abusadas y arrestar a los infractores, ese fue el caso de Ricardo. Yo miraba a Ricardo muy arrepentido, cuando me confeso su problema mantenía la cabeza agachada y sin valor para alzarme la vista, la verdad al principio me dio un poco de repugnancia hacia Ricardo, pero era muy cierto lo que decía, era un problema mental, así que le dije: te ayudare esta vez, si lo puedo hacer, pero si vuelves hacer lo mismo olvídate de esta amistad, Ricardo me miro y me contesto: no te preocupes por eso, ya aprendí la lección.
  La ayuda consistía en que yo tendría que ir donde la mujer que Ricardo le había tocado y tratar de conciliar con ella, ya que el juicio lo tendría dentro de un mes, para que la mujer retirara la demanda y Ricardo pudiera salir libre, así que conseguí la dirección de su trabajo y su nombre, me dirigí para allí y pregunte por ella, luego salió una mujer a saludarme, por cierto muy bella y alta, cuando la salude le dije: perdone mi atrevimiento, espero que me comprenda mi postura de tal acción, pero vengo departe de mi amigo Ricardo del cual usted lo demandó por un acto horrendo dentro de un autobús, y quería saber si habría algún modo de reconciliar con usted... ella cambió su postura de amable a una defensiva, pensaba que en el acto seguido venía una cachetada de parte de ella, la mujer me contestó: ¿sabe que?  ¡¡¡que se pudra en la cárcel su amigo!!!
era muy difícil conciliar cuando se deshonra a una mujer y es muy comprensible, así es que continué con el plan B, le dije: perdoname otra vez mi atrevimiento y comprendo su postura, pero el me dijo que le podría dar $2,000.00 por la ofensa que le hizo, yo se que es muy poco ante tal abominación, pero el esta muy arrepentido por lo que hizo, la mujer se me quedó mirando muy ofendida y con cara de pocos amigos, ahora sí me dije, aquí viene la cachetada... la mujer me respondió muy seria: Supongo que usted tiene madre, ¿verdad? antes que ella continuara le respondí: ya se por donde van sus palabras pero no me malinterprete por favor, era evidente que había un verdadero problema con esa mujer, Ricardo se había equivocado de mujer, ella era una verdadera dama, de las que no venden su dignidad ni por todo el oro del mundo; no tenía un plan C pero de improvisado se me ocurrió, y le dije: tomé el dinero por favor no le estamos comprando su dignidad solo es por las molestias causadas nada más y prueba de ello, Ricardo se disculpara con usted personalmente; la mujer se quedó pensativa, era una muy buena señal, ella saco un suspiro profundo como si la agobiaba, y dijo: esta bien, que me pida perdón por lo que me hizo y retiro la demanda.
 Acordamos el día y todo, Ricardo estaba enfrente de la bella dama con sus ojos al suelo de vergüenza, ella le dijo con firmeza: mírame a los ojos cobarde y pídeme perdón, Ricardo se le quedó mirando con ojos de chivo ahorcado y le dijo: perdóneme señora, -¡¡señorita por favor!! dijo ella- perdóneme señorita por lo que yo le hice en el autobús, estoy sumamente arrepentido por mis actos tan deplorable que le hice a su persona y lamento profundamente por haberla ofendido tanto, pero juro que de hoy en adelante cambiare y no volveré abusar de ninguna mujer mas; la mujer quedó satisfecha por el perdón de Ricardo, tomó los $2,000.00 y firmo el papel donde retiraba la demanda contra Ricardo y se fue sin voltearnos haber.
 Al día siguiente Ricardo era un hombre nuevo, se le notaba en su rostro, me dio las gracias por haberlo ayudado, le dije: pero la verdad no te quedaba mal el color naranja del uniforme de la prisión, Ricardo me dijo muy serio: tu no sabes que es estar en prisión - espero nunca saberlo, le dije- nos pusimos a reír y continuamos con nuestras vidas...Ricardo cumplió lo prometido, el psicólogo le ayudó a superar su debilidad para no tocar los cuerpos divinos de las mujeres sin permiso, y le dedicó una bella canción a esa hermosa dama que lo metió a prisión y le pidió perdón, ese esa bella canción de esa banda tan famosa a nivel mundial los Ingleses Rolling Stones y uno de sus grandes éxitos: She is cold....












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