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Novato de la literatura y de la vida...

May 21, 2015

El Año de los Funerales (Sexta y Última Parte)

 
En todo ése año hubo un total de quince muertes con sus respectivos funerales, entre conocidos y un familiar mío que se llamaba Josefo, que ya mi abuela estaba paranoica de tantas muertes de conocidos muy cercano, decía que ese era el año que andaba rondando la muerte muy cerca de nosotros, decía que ojalá no se la llevara a ella también, yo le respondía: pero abuela si la muerte siempre anda detrás de nosotros desde que nacemos, por eso que para la muerte no hay edad - pues entonces yo me he escondido muy bien, porque mira mi vejez y todavía no me a encontrado, me decía mi abuela - usted se va a morir cuando usted quiera abuela, ella me miraba con esos ojos tiernos y su sonrisa de amor, un rostro angelical sin duda alguna - aunque eres un nieto raro, pero igual te amo, me decía mi abuela con toda la sinceridad del mundo.
  En cambio mi tío Josefo se murió y nunca se supo con certeza de que murió, en esos tiempos tenían pavor visitar a un médico y menos a un hospital; lo cierto que muchas persona no lo hacían porque la comunidad médica tenía muy mala reputación por su mala práctica, y en lo hospitales era un nido de locos e incompetentes, muchas veces cuando iban amputar un miembro del cuerpo casi siempre se equivocaban y te cortaban el bueno, al siguiente día se daban cuenta que habían amputado el erróneo y programaban otra cirugía para enmendar su error, así es que salias peor de como llegasteis; eso si tenías suerte porque a veces por un simple fractura de brazo te sacaban en un ataúd al cementerio, no dejaban ni que te velarán, porque podía darse cuenta los familiares de que murió el difunto, también se daba con mucha frecuencia que se pasaban de anestesia en las cirugías y quedabas en coma como un completo vegetal, pero bueno eso era cosa del pasado... bueno, la verdad sigue sucediendo en la actualidad. Mi tío Josefo sabía muy bien que todas esas cosas no eran tabú, los doctores eran unos verdaderos matasanos y cuando se les moría un paciente ni ellos mismos sabían de que se habían muerto, sólo decían: fue un virus!! Y cuando se les preguntaban: que clase de virus? Solo encogía los hombros, y respondían: aún no sabemos.. Josefo tampoco asistía donde los famosos curanderos o hechiceros, que era la segunda opción después de los galenos, bueno, la verdad en la actualidad son segunda opción todavía; Josefo no creía en esos charlatanes que profesaban almas endiabladas que eran las causantes de todos los males del mundo o más bien de las personas en general, tenían que pagar una buena suma de dinero para espantar ése mal espíritu, que acechaba sólo en las mentes de los incautos desesperados; Josefo a pesar de todo eso se reía de ellos, decían que un mal amor le había hecho ése daño, él respondía: y quien diablos no a tenido un mal amor... o decían que una persona le envidiaba y por eso le hizo el daño, él respondía: y quien diablo no te envidia hoy en día, si aunque te compres un par de zapatos baratos te tienen envidia, porque así de jodidos estamos en esta miseria; a Josefo sólo le quedaba la tercera opción, los remedios caseros, que probó de todo, hasta sus propios orines, porque le decían que era la nueva cura milagrosa, y yo le decía: nueva!!! si los orines no tiene nada de nuevo, ya viene de segunda mano después que pasa por tú organismo, él me miraba y respondía: todo se resume a fe mi hijo... Fue así que Josefo murió probando de todo, fue una falta enorme para la familia y sus conocidos, se le veló y enterró con respeto y solemnidad.
  Pero de todas esas muertes la que mas me impacto fue la de la bella Isabela, son de esas almas  que se encarnan en estos cuerpos humanos cada cien años, si en verdad existen los ángeles, Isabela era un ángel encarnado, su vida siempre fue de amor para conocidos y desconocidos, nunca la vi triste o deprimida y mucho menos de mal humor a pesar de todos los sinsabores de la vida y de los idiotas que nunca faltan: lo que le conocían le decían la loca, yo le preguntaba que por que le decían la loca? si eres más sana y normal que todo esos mequetrefes, le decía - ella me respondía: porque me lleno de flores  mis cabellos, le río a la vida y canto donde sea porque mi vida completa esa una música que no tiene fin - era una mujer de 25 años de edad, su cabellos ondulados castaño, ojos avellanados color miel, cubría su hermoso cuerpo delicado con vestidos holgados y largos, llenos de flores, casi siempre se le veía con una corona sobre su cabeza, como la de Jesús, pero no de espinas sino de flores silvestres; siempre tenía una sonrisa dulce y sincera para todas las personas, incluso aquellas que la insultaban; recuerdo que yo la defendía de los hombres, aunque Isabela nunca lo supo porque podría pensar que yo era muy agresivo... cuando no estaba Isabela le caía a golpes de inmediato sin decir nada a los hombres que la ofendía, ellos muy sorprendido por mi reacción y sobre el piso saliendole sangre en su bocas siempre me preguntaban que porque lo hacia, yo le respondía: Por Isabela, el que la ofenda a ella, es como si me ofendiera a mi, una vez uno de ellos me dejo: Y entonces por que no te casas con Isabela? así nadie la ofenderá... fue lo mejor que me habían dichos esos patanes y así lo hice, le propuse matrimonio a Isabela, ella sin ofenderse y con una sonrisa tan bella que todavía no se me olvida, me dijo: Yo amo a todos y a todas... si pero yo solo te quiero para mi, le decía - el egoísmo es malo me decía Isabela, tu deberías amar todos - me hizo recordar a todos esos fulanos que había golpeado por ella y le respondí: Bueno Isabela, la verdad eso no es lo mio, si somos esposos tal vez tu me enseñes mas de tu amor - Isabela me miró con ternura pero no era ingenua, sabía muy bien mi estrategia de lujuriosa, se me acerco me tomo mi rostro con sus dos bellas y delicadas manos y me dio un beso en mi frente y se retiró, sentí que volaba por los aires, jamás Isabela había besado a un pretendiente, me quede con ganas de mas y pensaba con mas exigencia. Pero una hermosa mañana Isabela jamás despertó, murió con una bella y delicada sonrisa, nunca fue de nadie sino no más bien de todos y de todas... eso me hizo reflexionar ante la muerte, que a la muerte no le importa quien eres en realidad porque la muerte no escatima raza, edad ni sexo, o si eres bueno o malo, es un paso que aunque no quieras o no le encuentras razón de ser, siempre daremos ese paso, pero que hay después de la muerte? pues solo las almas como la de Isabela lo saben muy bien y nos enseñan que así como venimos a este mundo sin nada, de esa misma manera nos vamos, sin nada, solo nos llevamos nuestros actos buenos o malos.

May 20, 2015

El Año de los Funerales (Quinta Parte)

   
Los hijos de don Elíseo cuando llegaron con el personal de seguridad de la funeraria no podían dar crédito de lo que estaban presenciando, su propia madre dándose de golpe con las dos amantes de su esposo, corrieron a desapartar a su madre ante ése hecho tan vergonzoso y bochornoso también; los que estábamos presenciando ése gran espectáculos sólo podíamos limitarnos a ser unos simples observadores y dar fe de lo que allí pasaba. Cuando al fin pudieron sacar de la funeraria a las dos amantes, doña Marta la viuda, se volvió a sentar y lloraba inconsolable, pero no quedaba claro si lo hacía por la pérdida de su marido o de pura rabia y frustración.
  Mi amigo Pepe que estaba a la par mía me decía: vaya!!! de lo que se entera uno en los velatorios... Después como si de la nada se acercó un tipo muy sospechoso para nuestro ver, al ataúd donde se encontraba don Elíseo, a mi en particular solo lo había visto entrar a la funeraria, nunca lo habíamos visto en nuestras vidas de vecinos o familiares de los dolientes y menos de don Elíseo, había permanecido en un bajo perfil a una esquina del salón, pero ahora había tomado el papel del protagonista. El individuo mencionado sin hacer alarde de su dolor, pero se le notaba que le salían lágrimas de sus ojos, recorriendo sus mejillas hasta caer en el pequeño vidrio del ataúd donde se le veía a don Elíseo en su eterno descanso, con su mano derecha limpiaba dulcemente y con mucha ternura, las lágrimas caídas en el pequeña vidrio; nosotros como era de esperar nos quedamos atónitos sin parpadear ni decir ni una palabra, pero a pesar de la frustración y el mal momento que acababa de pasar la viuda, eso no lo pasó por alto, con la boca abierta miraba ése individuo y luego nos miró a nosotros, con un gesto de mal humor nos preguntaba que quién era ese hombre? Nosotros como repuestas y con otra clase de gesto, levantando nuestros hombros rápidamente y simultáneamente, le decíamos que no sabíamos nada. Vaya!!! de lo que se entera uno en los funerales... volvía a repetir mi amigo Pepe, cuando en esos momentos entró otro hombre desconocidos para todos, pero tal vez no para el difunto, con paso rápido y sin saludar a nadie fue directo al ataúd donde se encontraba el otro individuo; cuando llegó lo tomó del brazo y lo lanzó por un costado que casi pierde el equilibrio, se incorporó y le dijo: así que tu eres con el que me engañaba? Todos nos quedamos estupefactos, hasta la viuda, sus tres hijos varones eran hoy los que se tapaban con sus manos sus rostro en muestra clara de vergüenza; los dos individuos se retaron a golpes pero afuera de la funeraria para que no fuera más grande el escándalo, que si eso fuera poca cosa. Salieron y se daban golpes como unos verdaderos hombres, todo por el amor y la traición de don Elíseo.
  Fue una noche larga para la familia y los vecinos de don Elíseo, pero al fin había pasado todo aquel bochorno y escándalo, ya era el día de darle la eterna sepultura al difunto que al final le salieron todos sus secretos; la viuda Marta se negaba una y otra vez de darle un digno entierro, pero al final consiguieron que entrara en razón, lo iba hacer por sus hijos nada más, pues ellos no tenía la culpa que su padre fuera lo que fue en vida. La viuda antes de que el cuerpo de su esposo fuera sacado de la funeraria para irle a dar cristiana sepultura, pidió al personal que le dieran vuelta al cuerpo de su esposo, ósea acostarlo boca abajo dentro del ataúd, el personal de la funeraria muy extrañado le preguntaron: Por que? Ella le respondió: porque he sabido que unos pocos despiertan ya cuando están enterrados, y no vaya ser que éste diablo despierte y quiera buscar la salida, boca abajo pensará que la salida está enfrente de sus narices y en vez de salir, que se entierre más..
  Llegamos al cementerio y empezó todo el protocolo ya conocido para sepultar al difunto, la viuda ya no derramó ni una lágrima por don Elíseo, lo que ella quería que todo terminara rápido; así fue el entierro sin pena ni gloria, cuando terminó la ceremonia y el difunto muy bien enterrado, cada quien busco la salida para retirarse, doña Marta les dijo a sus hijos que se fuera que ella se iría después, los hijos pensaron que su madre quería privacidad así es que no dijeron nada y se retiraron; también nosotros nos fuimos y nos montamos al vehículo dónde íbamos los tres amigos, Pepe no quiso arrancar el automóvil todavía ya que estábamos contemplando a la viuda como a unos treinta metros de donde estábamos; a doña Marta la mirábamos con la mirada fija en el lugar dónde se había enterrado a su esposo, murmuraba algo que por nuestra distancia no se podía escuchar nada, pensábamos que quizás a pesar de todo estaba perdonando de corazón a don Elíseo, cuando de un momento a otro doña Marta mirando a todas partes como cerciorarse de que no había nadie más que ella y su esposo enterrado, se metió sus dos manos debajo de su vestido de luto y miramos que se bajó los calzones se agachó doblando sus rodillas y se puso a defecar sobre la tumba de su esposo don Elíseo; nosotros mirábamos horrorizados lo que estaba haciendo la viuda y yo dije: vaya!!! a eso le llamo despedida... Y Pepe agregó: de lo que se entera uno en los entierros....

May 18, 2015

El Año de los Funerales (Cuarta Parte)

 
El día del funeral de don Elíseo por la mañana, me quedó un poco de tiempo para meditar y cuestionar sobre la vida y obra del hoy difunto; y lo mejor de todo es que estaba con mi abuela que para mí era toda una sabiduría, o como decía ella: Yo lo se todo y lo que no se, me lo invento... Así que le pregunté: Abuela!!! Por que a los hombres que tienen muchas mujeres les dicen mujeriego, y a las mujeres que tienen muchos hombres les dicen Puta? - mi abuela se quedó perpleja, con los ojos y su boca abierta, está vez sin dudas la había tomado fuera de base, pero ella me contestó: eres un nieto muy extraño mi hijo, pero es muy buena pregunta, todo esto pasa por los estereotipos sociales mezclado con machismo; la mujer tienen que tener un rol un tanto diferente con respecto a los hombres y está muy marcado en la familia o el hogar, se supone que la mujer debe de ser una especie santa y pulcra, alguien incorrupta que debería de ser un ejemplo a seguir y si todo eso lo mezclas con el machismo, es aquí dónde viene los abusos contra la mujer, pero nadie se pone a pensar que la mujer es un ser humano igual que el hombre, con sus defectos y virtudes.
  Ya era de noche y ya habíamos llegado a la funeraria donde estaban velando a don Elíseo; había llegado con mis dos mejores amigos de mi barrio, Pepe y Alex, trillo inseparables por aquellos años que nos unía una estrecha amistad, el buen humor, el domicilio (ósea el mismo barrio) el alcohol y las chicas de las noches, o como dicen en inglés: Ladies night!!! - Lo primero que miramos en la entrada de la habitación de la funeraria donde se encontraba el hoy difunto don Eliseo, era su familiares cercanos y lejanos, todo con una pena de luto que les embargaba sus corazones; decidimos darles el pésame a todos ellos y nos fuimos a sentar, pero lo que nunca pensamos en ese momento, que ese lugar íbamos hacer unos simples espectadores y testigos a la vez lo que vendría a continuación.... La primera amante del difunto entró al velatorio de don Eliseo sin saludar a nadie y con lágrimas en sus ojos, aunque don Eliseo siempre tenía el cuidado que nadie le conociera sus amantes, pero los chismes habían hecho bien su trabajo en murmurar tras las espaldas de don Eliseo, los vecinos conocían muy bien sus amantes, la novedad era cuando se le miraba con una nueva conquista; la primera amante muy bien conocida por todos se encontraba llorando inconsolable enfrente del ataud de don Eliseo, la viuda osea su esposa oficial cuando la vio le entró un gran coraje por tan alto insulto a su familia y tenía que hacer algo para limpiar su buen nombre de su familia, se quiso levantar para ir a sacar a la que ella le decía mujerzuela, de los cabellos si era necesario, pero sus tres hijos se le acercaron de inmediato y le dijeron que no hiciera nada que ellos se encargarían, estaba claro que ellos no querían ninguna clase de escándalo allí, así es que se acercaron donde estaba el ataud de su padre y la amante llorando - Por favor seria tan amable de abandonar este lugar, aquí solo se admiten familiares y amigos, le dijo el hijo mayor de don Eliseo - La amante se les quedó mirando con mucha ira, y empezó a gritar  con lágrimas en sus ojos: Si yo se que solo soy una simple amante, pero nadie a amado a tu padre como yo lo hice, ni nadie lo comprendió como yo lo hice, ni su esposa lo comprendía como yo lo hice, y tengo muchos secretos de mi Eliseo, pero quedarán enterrado con el mismo!!! su esposa Marta se cubría su rostro con sus dos manos y se inclinaba hacia el suelo, no podía creer lo que escuchaba y la vergüenza que estaba pasando por culpa de su difunto esposo y esa entrometida; otros familiares sabiamente se acercaron donde estaba el espectáculo y le dijeron a los hijos que mejor se fuera a sentar y dejaran a esa amante en paz, se le notaba que ella quería confrontar y no le importaba ya nada; así es que se fueron otra vez para el lugar donde estaba su madre a tragarse la vergüenza que los había metido su difunto padre; nosotros y los demás vecinos tampoco no podíamos creer la vergüenza que estaba pasando sus familiares en su última despedida de esposo y padre de familia, pero eso no era todo, a los quince minutos después llegó la amante número dos, tambien entró sin saludar a nadie y con llantos en sus ojos se fue directo donde estaba el ataud con los restos de don Eliseo y en un extremo la amante número uno. Pero ahí empezó uno de los peores escándalos funerarios de la historia... la amante número uno, no le importara que Eliseo tuviera una esposa e hijos, pues desde siempre lo sabia y nunca importo, pero que tuviera una segunda amante? era algo imperdonable, empezaron a confrontar allí mismo que quien era una y la otra, ambas se sentía engañadas y traicionadas por Eliseo, ahora comenzaba la pelea del lugar que le tocaba a cada una; la viuda su querida esposa era lo más que soportaba ese escándalo, se moría de vergüenza y lo peor de todo que era en público, los hijos de don Eliseo cuando vieron que las dos amantes se empezaron agredir verbal y físicamente, salieron de inmediato a buscar al encargado de la funeraria para que llamara a los de seguridad si es que tenía o llamar a la policía; pero Marta ya no podía con tanta vergüenza e irrespeto, se levantó de su asiento y se dirigió con los ánimos caldeados donde estaban las dos amantes forcejeando...............

May 15, 2015

El Año de los Funerales (Tercera Parte)

   
Aunque mi conciencia aún no recobraba su paz, fue hasta el día siguiente del entierro de Paco que todo cambió... Llegué como era de costumbre a mi lugar de trabajo pero ése día fue todo diferente, la secretaria que se encontraba en la resección no me dejó entrar dónde estaba mi escritorio, a cambio me dijo que me quedara sentado a esperar que mi jefe me llamara para hablar con migo, pero me lo dijo en un tono de prepotencia y con desconfianza, como si jamás me hubiera visto en su vida, de la misma manera me miraban el resto de mis compañeros de trabajo, algo así como un bicho raro. No se todavía aún porque algunas personas se comportan de ésa manera, como si no fuéramos pobres y necesitados, o decirlo de otra manera "El Proletariado", como sea ya estaba muy irritado por ésa reacción de mis compañeros, pero me controlé lo más que pude, ya que era mi primer empleo; no pasaron ni diez minutos cuando mi jefe me llamó a su despacho, fue y me senté enfrente de su escritorio y con mucha prepotencia me dijo que estaba despedido, me empezó a dar unas vagas explicaciones sobre el motivo de mi despido sin explicar nada en concreto, pero yo sabía muy bien el motivo y no era más que la cizañas que Paco les había dicho a mi jefe sobre mi persona; pero en ése momento ya estaba harto de tanta estupideces, y le contesté a mi jefe: ahorrese tanta palabrerías, que ya se por culpa de los chismes de Paco tú me estás despidiendo, lo que me molesta es que le prestas atención a todas las estupideces que te vienen a decir de los empleados, como si no fueras hombre pedazo de m..... y es mejor que me retire de aquí antes que te caiga a golpes; el ex - jefe ahora se quedó petrificado sin decir ni una palabra, jamás nadie de los empleados le había hablado de esa manera y con un tono bastante recio, él me miraba a los ojos que todo eso iba en serio y me conocía muy bien que valor es lo que más me sobra en esta vida.
  Salí de la empresa en que trabajaba con muy mal humor, que fiasco!!! me decía a mi mismo, mi primer empleo y obtuve mi primer despido, todo por culpa de Paco; en ésos momentos me pasó algo muy extraño, me sentí tranquilo con mi conciencia, púes Paco antes de morir ya se las había cobrado conmigo, así es que las cuentas estaban saldadas, no había nada que hacer, mi conciencia al fin había recobrado la paz.
  Pasó un mes después de mi despido dónde trabajaba, mi madre me decía que ya era hora que buscara empleo que dejará de ser un holgazán, mi abuela se reía a carcajadas, me decía: ve a buscar otro patrón para que te explote con esos salarios de hambre!!! Mi madre se molestaba, la decía que por favor dejara de decirme eso, porque me convertiría en un vago, y mi abuela le decía: Sí, pero un vago feliz!!! Mi madre mejor se retiraba sabía que no podía discutir con su propia madre.
  Ése mismo mes nos llegó la mala noticia a nuestro barrio que don Elíseo había fallecido, otro fuego cruzado entre el ejército y la guerrilla, pero lo insólito de todo era que no hubo bajas de parte de los soldados ni tampoco de los guerrilleros, tan sólo un civil muerto y ése era don Elíseo. Para nosotros don Elíseo era como una especie de macho alfa en nuestro barrio, era nuestro modelo a seguir por parte de todos los varones adolescentes, con su aspecto varonil, voz de trueno y hombre de pelo en pecho (aunque ahora a las mujeres les gusta pelados, no se por que?...) seducía a muchas mujeres y las traía locas por él, pero don Elíseo siempre tenía mucho cuidado de no fueran mujeres del mismo barrio, porque decía que respetaba el hogar, ya que era un hombre casado y con tres hijos varones, pero su esposa Marta sabía muy bien todas las andanzas de su esposo Elíseo, al principio le reprochaba a su esposo por ser tan mujeriego, pero al final se hacía la de la vista gorda, tal vez porque no trabajaba y tenía que criar sus tres hijos varones; don Elíseo siempre nos daba bueno consejos con respecto a las mujeres a nosotros los jóvenes, nos decía que cuando tuviéramos nuestros hogares, Jamás!!! Pero Jamás!!!!... Aceptáramos a nuestras esposas que teníamos amantes, aunque ellas nos miraran con los pantalones a bajos con otra mujer, nunca lo acepten!!! Porque si lo aceptan ahí se acaba todo, ya que las mujeres aunque perdonen pero jamás olvidan.... Pero pasaba algo muy extraño con sus tres hijos varones, siempre miraban con mucha desconfianza a su padre, lo miraban como un bicho raro; cuando le preguntábamos si no querían ser mujeriego como su padre, ellos lo negaban con sus cabezas y no le podíamos sacar ni una sola palabra, fue hasta su velatorio que nos dimos cuenta de todo....
  

May 14, 2015

El Año de los Funerales (Segunda Parte)

   
Los días pasaron como es normal después de la muerte de don Rómulo, en el lugar del trabajo siempre se le extrañaba, aunque por la presión del trabajo teníamos que hacer un paréntesis, en esta alocada vida, y como siempre miraba a Paco que metías sus narices donde no le correspondía para ir con el chisme a los jefes superiores, era como se ganaba su salario (también salario de hambre heee...) tan mezquinamente, por los chismes de Paco muchos empleados fueron despedido, en los muchos años que él laboró en esa empresa, era una persona tan desagradable y repulsiva que ni en su propio hogar lo querían, su mujer decía que no se divorciaba de Paco porque no iba a encontrar otro mamarracho como él, osea que aparte que le entregaba todo el cheque a su mujer, tenía que hacer los quehaceres del hogar, su mujer era la que administraba las finanzas del hogar, y lo insólito era que ella nunca trabajo ni aportó nada al hogar, lo único que no hacía Paco era parir los hijos, pero como decía su esposa: todavía la ciencia no a llegado tan lejos...
  Cada vez que miraba a Paco en el trabajo me acordaba lo que me había dicho mi abuela, así es que me dije a mismo: Porque no hacer el intento de corroborar lo dicho por mi abuela, como sea nada tenía que perder, es más tal vez algún día mis compañeros de trabajo me darían las gracias; fue así que empecé en desearle todo los bueno y hasta bendiciones incluidas a Paco, lo hacía en voz alta para que no quedara ninguna duda, trataba de fingir lo más que podía para que todo eso diera resultado, al principio Paco se sentía muy halagado y agradecido con migo, mis compañeros de trabajo me miraban extraño y aveces como un loco, pero como les decía anteriormente, soy de las personas que no pueden fingir y con los días se me escuchaba con un tono sarcástico, por más que me esmeraba en darle todas las buenas intenciones del mundo y hacía mi máximo esfuerzo para fingir más, pero lo único que conseguía eran las explosiones de carcajadas de mis compañeros de trabajo, Paco se dio cuenta que sólo era un embuste y sólo conseguí que se enojara conmigo, él lo tomó tan personal que empezó hablar mal de mí con mis jefes del trabajo, pero eso me tenía sin cuidado, porque con el salario de hambre que me pagaban no sentiría la diferencia en estar desempleado.
 Pero en menos de un mes y en un día muy soleado, cuando llegué a mi empleo como de costumbre me dieron la mala noticia de que Paco había muerto, se encontró en un fuego cruzado entre el ejército y la guerrilla, fue de esas personas que se encuentran en el sitio y en la hora equivocada, había una gran congoja en el lugar del trabajo por la muerte de Paco, su familia como ya era costumbre de los dolientes, dejaron una nota en el lugar y la hora de su sepelio, era el mismo funeral dónde le dimos el último adiós a don Rómulo; pero yo no quería ir, sería como una hipocresía de mi parte asistir dónde la persona nunca me agrado, pero tenía sentimientos encontrados o mas bien mi conciencia no me dejaba en paz, me sentía culpable por lo que le había pasado a Paco, volví a pensar en las palabras de mi abuela y todo había salido cierto, pero a la vez me negaba a mi mismo, pues pensé que a lo mejor ya le había llegado la hora de rendir cuentas a nuestro creador.
  Ésa misma noche no podía conciliar el sueño, era de nuevo mi conciencia que no me dejaba en paz, así es que me levanté de mi cama y dispuse ir al sepelio de Paco, lo único que tenía que perder era una noche de sueño y tal vez mi conciencia encontrara de nuevo la paz que tanto necesitaba.
  Llegué un poco después de las nueve de la noche, estaban sus familiares más cercanas, ósea su esposa y sus hijos e hijas, ningún otro familiar de Paco o de su querida esposa, me pareció bastante extraño ya que Paco siempre se jactaba que tenía una familia números tanto de su linaje como el de su esposa, los vecinos de su barrio si eran más numerosos, con los compañeros de trabajo no  pasábamos de diez personas y eso que habíamos más de quinientos empleados (Y todos ganando el salario de hambre por igual heee...) me senté cerca de mis compañeros de trabajo, ellos empezaron hablar de los otros familiares de Paco y su esposa, que llamaron por teléfono para disculparse que no irían al sepelio de Paco, la gran mayoría habían dicho que estaban enfermo y postrado en la cama; era extraño porque casi todos se habían enfermado el mismo día, como si se pusieron de acuerdo, a muchos de ellos se les vio buenos y sanos un día anterior, otros que estaban de viajes en otros países con nombres de países que jamás nadie había escuchado. En esos momentos me embargó la duda, pues escuché hablar bondades de Paco en bocas de sus vecinos, lo describían como un buen vecino y persona extraordinaria; me acordé que no había visto a Paco adentro del ataúd, me levanté con mucho disimulo dónde me encontraba sentado, me acerqué al ataúd y pude ver que efectivamente era Paco, por un momento pensé que me había equivocado de difunto; se mirada con una gran serenidad y una paz que nunca se había visto ni en sus mejores momentos, me pregunté a mi mismo: Como puede éste tipo descansar en paz y con tanta tranquilidad, después de todo lo que a hecho en vida?- pero bueno me fui a sentar de nuevo en las innumerables sillas vacías; en menos de cinco minutos su esposa empezó a llorar y hablar tantas cosas buenas y maravillosas de su difunto esposo, que me tuve que levantar de nuevo de mi asiento para cerciorarme que no estaba con el difunto equivocado; mejor me fui a sentar dónde estaban mis compañeros de trabajo, y sucedió lo insólito, ellos empezaron hablar que tan buen compañero de trabajo era, un tipo simpático a más no poder y que se le iba hasta extrañar?!!! Yo miraba a todas partes y a todas las personas, recuerdo que me levante muy preocupado y con mucha ansias, sentía que me estaba volviendo loco o algo así, luego pensé que quizás era una maldita pesadilla. Ya muy nervioso decidí que lo mejor era retirarme del sepelio de Paco, me despedí de su esposa y ella me invito al entierro de su esposo que sería el día siguiente, me dijo el lugar y la hora.
  Como todavía mi conciencia no estaba en paz por la muerte de Paco, pedí permiso en mi trabajo para ir al entierro de él; llegué al cementerio se llamaba "Cementerio de los Ilustres" vaya!!! me dije, que ironía la de la vida, pero como era de esperar ya eran menos las personas que asistieron; los enterradores hacían su trabajo despacio y con mucho respeto, como si pensaran que algún día ellos mismos iban hacer enterrados y desearan que con el mismo respeto lo hicieran; cada vez que hundían su pala en la tierra era un lamento de la viuda, pensando que jamás lo iba a ver, cuando terminaron de hacer la zanja introdujeron el ataúd con Paco adentro, pero pasó algo insólito, no alcanzó la tierra para rellenar la zanja donde estaba Paco, en ésos momentos me acordé de nuevo de mi abuela, ella me decía que las malas personas o los miserables nunca les alcanzaba la tierra para ser sepultado, tienen que traer tierra de otra sepultura dónde están los restos de una persona buena y bondadosa, porque ellos tienen tierra hasta de sobra. Los enterradores se miraron uno al otro cuando vieron que la tierra no alcanzó, murmuraron algo entre ellos mismos y luego salieron con una carretilla en busca de más tierra, a los pocos minutos venían con su carretilla repleta de tierra, vaya!!! me dije, ésa es la tierra de una alma buena.