El Final

 

  Enciende tú lámpara alma mía, que la noche a llegado pensativa y sombría; y al borde de mí vida se a sentado el innombrable. 

Tengo el rostro cansado y ruinoso, fue un largo sendero recorrido. A lo largo de mí vida encontré senderos pavorosos, que me dejaron el corazón estremecido; senderos horripilantes que me dejaron la mirada y la mente enturbiada; senderos hermosos que me dejaron huellas  en mis labios y corazón. Y la muerte, si; que se a llevado miles de amigos y seres queridos ¡Cuántas vidas segadas en la Tierra! ¡Cuanto horror en la vida!

Un extraño temblor embarga mí ser, ¡Enciende tú lámpara alma mía que la noche a llegado! Y al borde de mí vida se a sentado el final.