La Comedia del Pobre (Octava Parte)

 

 Había pasado un año y seis meses desde que Jerónimo se había quedado desempleado sin poder conseguir un empleo a nivel público ni privado; eran muchas horas y días desperdiciados en esas largas filas esperando su turno para explicar a los empleadores del porqué tenían que contratarlo, que si habían más personas capacitadas para esas plazas efímeras, pero el aprendía rápido y trabajaba bajo presión; pero todo fue envano, pareciera que todos los desempleados cantaran la misma canción a la hora de la entrevista; el calor abrasador, la sed y frustración en esas largas filas del dia al dia por tratar de conseguir un empleo, hicieron que muchos de ellos desistir en buscar un empleo, en ellos se incluía Jerónimo, fue así que comenzó una nueva etapa de su vida en el trabajo informal, que cada año se sumaban mas y mas jovenes como adultos tambien a su nueva triste realidad. Su gobierno corrupto hacia incapie que el desempleo en ese país en particular había alcanzado su más mínima expresión, ya que incluían descaradamente en sus estadísticas laborales los trabajos informales, que no era otra cosa que trabajos ambulantes o de la calle como se le llamaba popularmente; Jerónimo había caído en lo más profundo de la pobreza, que se resumía en la miseria, donde miles y miles de ciudadanos se sumaban cada vez más al acto más mezquino del ser humano, la pobreza.
  Un dia de trabajo en las calles de las grandes urbes, pero en particular en el transporte público; Jerónimo se bajaba con rapidez en la puerta trasera del autobús público antes que hiciera el alto para bajar y subir más pasajeros, un acto arriesgado que había refinado dia con dia; su bolsa de golosina que vendía a los pasajeros del transporte público ya casi estaba vacío, miro hacia el horizonte que la hermosa estrella solar se iba perdiendo poco a poco dándole su espacio en el hermoso cielo que una vez fue un espléndido paraíso, a la luna y sus inseparables estrellas lejanas a millones años luz. Decidió que era hora de irse a casa, estaba muy feliz porque había obtenido un poco de ganancia después de arduo trabajo desde que salió el sol hasta que se ocultó, iba caminado en una callejuela no muy lejos de su humilde barrio cuando lo interceptaron dos hombres con armas blancas, en un lugar solitario y la oscuridad de la noche era idóneo para cualquier delincuente sediento del dinero fácil; a Jerónimo no le dieron ni la oportunidad de defenderse o salir huyendo del lugar, cuando quiso reaccionar los dos delincuentes estaban cada uno a la par de él con sus navajas afiladas empujando con sus puntas la piel de los costados del cuerpo de Jerónimo pero sin herirlo todavía, era evidente que la conjugación de la oscuridad, soledad del lugar y el ataque sorpresa había hecho efecto; todo se resumía en uno de los más viles actos del ser humano, aclarando que ellos tienen en sus manos tu propia vida, que de ellos depende si tu todavía sigues viviendo o no, que tambien depende de tu colaboracion seguir con vida, que si tampoco satisfacen las miserables expectativas de esos dos delincuentes, hasta aquí llega tu vida tambien.....
  Jerónimo estaba en su humilde cama acostado sin poder conciliar el sueño, ya que en esos momentos tenia un manojo de nervios y sentimientos encontrados, sentia verguenza, impotencia, ira de sí mismo por no ser valiente, incertidumbre del porque no había querido hacer algo al respecto pero a la vez pensaba que quizás todo hubiera salido mal, el no estuviera con vida, más bien a esta hora estuviera confinado en una caja mortuoria y toda su familia llorando su deceso... se levantó de su cama salió al pequeño patio de la casa, allí estaba su padre fumándose un cigarrillo como era de costumbre, él lo vio acercarse y le pregunto: todavía estás asustado por lo del robo? creo que sí, respondió su hijo con un suspiro de resignación, su padre sacó el paquete de cigarrillo que traía en su bolsillo de su camisa, toma hijo, le extendió la mano con el paquete de cigarrillo ofreciendo uno, la expresión de Jerónimo fue de asombro e incredulidad; vamos hijo, ya eres un hombre y a veces en estas situaciones necesitamos de estos vicios, aunque admito que no es lo mas indicado, pero como hoy conversamos de hombre a hombre, que mas da!! decía su padre levantando sus hombros como no dándole importancia al asunto. Su padre le encendió el cigarrillo a su hijo, Jerónimo por su parte daba unos tosesitos de inexperto, pero poco a poco tomaba postura enfrente de su padre; Por que son tan peligrosos los barrios pobres? Se siente que solo en estos lugares hay criminales? preguntaba Jerónimo...