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Novato de la literatura y de la vida...

July 23, 2015

La Muñeca de Jeremías (Quinta Parte)

   
Los días pasaron y las semanas también, posteriormente le siguieron los meses y yo miraba a mi amigo Jeremías cada vez más demacrado pero feliz a la vez, tenía la típica expresión en su rostro de un idiota enamorado: sonrisa floja, mirada perdida fuera de la realidad, boca semiabierta como queriendo sonreír de felicidad pero se mezcla con la sonrisa de un verdadero loco de remate, que a ciencia cierta no se sabe si está cuerdo o completamente loco, o a lo mejor ambas cosas, ¡que sabré yo! Por eso quizás es tan difícil entender al amor.
  Pero la ironía de la vida de Jeremías era que se había enamorado perdidamente de un juguete sexual, regularmente le compraba accesorios en las tiendas donde venden productos inimaginables para todo lo referente al acto y placer sexual, ¡que por cierto! ¡Jamás! Yo he visitado una de esas tiendas sexuales heeeee... Le compraba toda clases de vestimentas sexual a Venus, desde traje de mujer policía que por cierto si en verdad las mujeres policías usarán esos trajes fuera el delincuente más feroz de éste planeta, traje de enfermera, ejecutiva que por cierto le quedaba bastante bien heee... traje Gatubela, profesora Upss.. traje de colegiala (me reservó el derecho de opinar) y lo más inverosímil que por cierto él dudó mucho antes de decírmelo, la verdad no tuvo valor de confesar más bien fue a traer la bolsa de compra que lo tenía muy bien guardado en su habitación, me lo entregó en mis manos para que yo lo abriera y poderme llevar la sorpresa de mi vida, cuando lo saque era un traje diminuto color negro con blanco, no sabía que era exactamente hasta que saque ¡era el velo de una monja! me quedé estupefacto con los ojos y mi boca bien abierta, le dije muy conmocionado: ¡esto es un sacrilegio Jeremías! Pero en el estado mental y sexual que se encontraba Jeremías no entendía de razones, ósea de enamorado empedernido y tirando poco a poco a la locura, no entendía de sacrilegio ni de nada, simplemente no se inmutó sólo levantó sus hombros en señal que no le importaba nada; en esos instantes pensé seriamente que Jeremías estaba completamente loco, con su mirada psicodélica y saliéndole saliva de su boca, ojos desorbitados que me daba tanto miedo que quería tirarme por la ventana ya que era el único lugar de escape que me quedaba cerca, metí el traje diminuto de monja sexy de regreso en la bolsa de papel con mucho nerviosismo e incertidumbre y se lo entregue con mucha cautela, diciéndole: haya tú con tus fantasías sexuales...
  Por las noches Jeremías le cantaba canciones a su Venus con su guitarra acústica y muy rudimentaria, le dedicaba poesías, versos y prosas de enamorados, como preámbulo para la embestida que le iba a dar más noche; pensé en mudarme para otro apartamento ya que para mi solo hay dos cosas que en verdad me dan miedo en esta vida, los locos y mi ex-esposa, que para ser sincero viene siendo la misma cosa, pero después de recapacitar mucho decidí que lo mejor era ayudar a mi amigo Jeremías en su incontrolable lujuria. 

July 22, 2015

La Muñeca de Jeremías (Cuarta Parte)

   
En primavera Jeremías recibió por correo la tan ansiada muñeca, se podría decir una muñeca primaveral, su alegría era evidente, su sonrisa de oreja a oreja, daba brincos de entusiasmo, jamás en mi vida había visto tan feliz a Jeremías, era como un niño con juguete nuevo; se dispuso abrir su regalo que él mismo se compró que por cierto no fue nada barato ya que el fabricante aseguraba que era tecnología de punta, o como dicen por ahí el populacho " De Última Generación" el fabricante también asegurada un confort y satisfacción inigualable para cualquier embestida calenturienta que se pudiera dar, 100% comprobado para aquellos cachondos más exigentes. Jeremías cuando la vio por primera vez, fue algo así como amor a primera vista, fue un flechazo proporcionado por aquel ser que casi siempre se equivoca; Jeremías no paraba de mostrármela su bella doncella, se jactaba de su buena compra que había realizado, de mi parte le daba el visto bueno de su bella compañera, aunque sólo el visto bueno le daba porque por lo demás Jeremías tendría que dar explicaciones que tan buena estaba, y lo digo literalmente... No quería ser impertinente y mucho menos herir los sentimientos de mi amigo Jeremías, pero me daba la curiosidad por preguntar: ¿Crees que tanto dinero invertido, valdría la pena? - Jeremías me observó detenidamente como midiendo mi pregunta, a la larga es más barato, si te enamoras de una mujer real, lo más seguro es que te cueste más caro y si hablamos de un divorcio, es un costo exorbitantes y te ahorras la preocupación que un día te puede ser infiel, me dijo Jeremías a lo que le respondí también: pero si te la llegan a robar la muñeca sería como una infidelidad, o ¿no? - ¡No! Me respondió Jeremías, porque eso sería un secuestro, a lo que yo le di toda la razón.
  A Jeremías le dije: ¿Y que nombre le pondrás a tú bella dama? Jeremías me miró con sus ojos bien abiertos y con una expresión de dudas - hoy que lo mencionas no se me había ocurrido, ayúdame a buscar un nombre, me dijo Jeremías - yo le propuse Hortencia, pero Jeremías me dijo: no, quiero un nombre que despierte pasión, un nombre que haga que tú imaginación vuele a las mil y una noche, vaya si que estás inspirado Jeremías, pues Vanesa, Valeria o Venus, ése nombre me gusta, Venus la diosa del amor, lo dijo con un acento apasionado.
  La primera noche me la pasé en vela porque mi habitación quedaba al lado de la habitación de Jeremías, escuché toda la noche el golpeteo de la cama de Jeremías en la pared del a lado, al principio me daba risa pero cuando las horas iban pasando y no poder conciliar el sueño se me fue haciendo una tortura, me tuve que levantar a media noche para ir a tocar la puerta de la habitación de Jeremías, me daba pena ir a interrumpir su primer noche con su diosa Venus, pero era algo que no podía soportar más, le llame a la puerta y Jeremías muy agitado por la conmoción me preguntó: ¿Que Quieres? No se si podrías alejar tú cama de la pared, porque escucho el golpeteo y no puedo dormir; Jeremías se reía muy avergonzado Jijiji... Perdón pero no me había percatado, es que es mi primer noche de miel... regresé a mi habitación y al fin pude dormir, no me importa en absoluto las preferencias sexuales de cada persona, ya que en las satisfacciones sexuales no hay nada escrito....

July 14, 2015

La Muñeca de Jeremías (Tercera Parte)

 
El último año escolar paso, todos nosotros los graduados estábamos muy eufóricos por haber coronado nuestra educación media, creíamos que nos íbamos a tragar el mundo, pero con el tiempo nos dábamos cuenta que era todo lo contrario, el mundo nos tragaba... La convivencia en nuestro primer año en nuestro apartamento fue para mi fenomenal, para mi amigo Jeremías no mucho, él seguía inmaculado pero no por convicción sino la propia injusticia natural, a mi me daba mucha lastima por mi amigo, sabía lo que sufría cuando me miraba con algunas chicas que iba disfrutando mi soltería poco a poco; un día fue tanto mi lastima con Jeremías que le pedí con una chica que en ese momento estaba saliendo, que porque no se "compadece" con mi amigo Jeremías, ella muy ofendida se levantó y me dio una sonora cachetada diciéndome que no era una prostituta, se largo y jamás la volví a ver, al menos en mi apartamento. Como me decía mi abuelo que a lo trágico siempre hay que sacarle lo bueno, porque la palabra que me dijo esa chica se me quedó clavado en mi mente "prostituta", se me ocurrió hablar seriamente con mi amigo Jeremías, así es que un día que estábamos desayunando le dije: escúchame amigo Jeremías, yo se que piensas sobre el amor entre pareja, pero a nuestra edad algunas veces eso hay que hacerlo a un lado, hay necesidades que hay llenarlas - Ya se lo que me quieres dar entender, pero jamás tendré a una mujer por dinero, me dijo Jeremías - ¡escúchame amigo te puedes volver loco! le decía a Jeremías - ¿Loco? ¿Que me quieres decir? me preguntaba Jeremías - sabes muy bien de lo que estoy hablando, la última vez que te estabas desahogando tus instintos sexuales con el agujero de una rueda dentada de nylon tuve que llevarte al hospital para que te lo extrajeran, ¿o no lo recuerdas? Y que me dices del tubo de plástico que tenía un tapón en un extremo y cuando estabas saciando te agarro presión y tuvimos.... ¡Ya no sigas mas! me gritaba Jeremías muy molesto, tomó aire inflándose su pecho y se sereno, me dijo: te seré sincero amigo porque eres la única persona que puedo confiar en esto de las intimidades, te confieso que soy virgen, me lo dijo con un tono tan sincero como si fuera algún secreto de Estado, me le quedé mirando muy molesto, y le conteste: Y eso quien no lo sabe idiota, todo mundo sabe que tu nunca has intimidado con una mujer, tu amigos, familia y hasta tu propia madre lo sabe....Jeremías habría grande sus ojos en señal de admiración, agacho su cabeza muy ofendido, yo también me sentí avergonzado por el, tomo ánimo y sin levantar su cabeza me confesó: si a alguien le entregaré mi virginidad será porque la amo y no por dinero; me sentí muy molesto y le quería gritar: ¡Y a quién diablos le importa tu virginidad! déjaselo eso para las mujeres nosotros somos hombres y no necesitamos de esas bobadas...me trate de serenar todo lo que podía y no arremeter contra él, pero de un momento a otro levantó su rostro y se le dibujó una gran sonrisa de oreja a oreja, se fue casi corriendo a su habitación y cuando venía de regreso en su mano derecha traía una revista pornográfica, yo me quedé espantado y me hice para atrás con mi silla hasta donde me lo permitía la pared, me la mostró y me dijo muy alegre: ¡Mira! mostrándome la revista con manchas envejecidas y algunas casi reciente sobre las fotografías de las mujeres desnudas, le grite: quitame esa porquería de mi ¡idiota! le decía a Jeremías, cuando el se percato de sus cochinadas rápidamente se disculpó muy avergonzado y busco entre las hojas la fotografía que me quería mostrar, cuando la encontró la extrajo de la revista rompiéndola de la orilla para separarla de las demás y me mostró una de las propagandas que tanto abunda en esas revistas, y lo que veía no podía dar crédito, era una muñeca realmente hermosa, jamás en mi vida había visto una muñeca así, bueno si como juguete para niñas, pero no como juguete para hombres adultos, detallada a la desnudez, la medida de su estatura de 1.67 mts. en su parte intima detallada que en un interior tenía un motor de no me acuerdo cuantas revoluciones con lubricación incluida, si por algún motivo se dañaba podías comprar esa parte por separado, muy ingenioso, ¿no? las había de todos colores y también el color de los cabellos se podía pedir según las exigencia del cliente, le dije a Jeremías: realmente es hermosa, ¿Y es con ella la que piensas perder tu virginidad? 

July 13, 2015

La Muñeca de Jeremías (Segunda Parte)

 
Una Tarde calurosa y soleada, Jeremías llegó a mi casa como era costumbre para hacer las tareas escolares, no le quise mencionar nada de lo de mi abuela porque sabía que ambos nos meteriamos en líos con ella, al parecer Jeremías no recordaba nada porque tambien no me lo mencionó, fue hasta cuando estaba por irse a su casa y se estaba despidiendo de mi y vio a mi abuela sentada en el sofá de la sala cuando se acordó, le dijo que quería hablar con ella, mi abuela muy extrañada le preguntó: ¿Conmigo? Si con usted le volvió a corroborar Jeremías, yo trataba de esquivar la mirada por todos lados, pues me fijaba que mi abuela me miraba algo así como si yo fuera el cómplice de algún complot; mi Abuela un poco incomoda le dijo: diga joven para que soy buena - Jeremías empezó hacer galanterías de su educación y un poco refinado, buscaba toda clases de palabras que no fuera común ante la clase plebeya, pero eso para mi abuela le importaba un cacahuate, mi abuela tenía sus propios conceptos por cada género, sea masculino o femenino, del cual nos daba consejo para cuando nos tocará vivir a nosotros solos en la jungla de concreto, no nos fueran a devorar; decía que hay dos clases de hombre que las mujeres deben tener cuidado, uno son lo que se jactan de su educación haciendo alarde de ella, tan solo para impresionar a las mujeres con su galantería, que para mi abuela son unos aprovechado y embusteros, que al final no son más que unos vulgares, y los hombres que siempre esquivan la mirada cuando lo están observando o hablando con él, no tienen el valor de sostener la mirada cuando se le esta hablando, decía mi abuela que eran más traicioneros que el propio Judas Iscariote; a las mujeres que hay que tener cuidado son aquellas que se muestra sumisas y calladas decía mi abuela, esas mujeres son las más peligrosas porque nunca sabes lo que están tramando hasta que es demasiado tarde. Pero mi amigo Jeremías no sabía nada de eso, empezó hablar con mi abuela: querida señora mía...espere un momento joven, señora suya no lo soy, le interrumpió mi abuela - Jeremías se le quedó mirando un poco avergonzado, pero tomó ánimo y prosiguió: usted como toda una dama que a vivido lo que nosotros como pequeños mortales inexpertos que apenas estamos viviendo toda clase de nuestra vivencia humana, que apenas empezamos a ver el umbral de nuestras vidas que algunas veces son miserables, cuando de amores imposibles se trata, noble señora usted como muchas de mujeres de su noble edad que han superado y han vencido al desamor, han traído a todas las nuevas generaciones que hoy estamos aprendiendo a vivir, son como el Arcángel Miguel que con su armadura y su lanza han vencido toda clase de infortunios y esos hijos e hijas que hoy somos nosotros, somos los laureles de sus victorias, porque ustedes nos enseñan con su ejemplo, que el amor todo lo puede... Mientras Jeremías seguía echando flores a mi abuela, ella me miraba muy enfada, yo conocía muy bien a mi abuela, esa mirada...esa mirada que me decía que yo tenia mucho que ver con ese loco enamorado, le decía con ademanes para no interrumpir la gran inspiración del momento que había arrebatado a mi amigo Jeremías, le decía a mi abuela que yo no tenía nada que ver con todo eso, le trataba de explicar que todo eso era de propia iniciativa de Jeremías no mía, mi abuela me quito la mirada sin mucho creerme, se dirigió a Jeremías interrumpiendo por segunda vez: escúcheme joven, yo se muy bien donde van sus palabras y se las puede ahorrar con migo, yo conozco muy bien a los hombres de su talla, que por cierto les queda muy grande... o mejor dicho al hombre que sera, pero ya se le nota su lengua ponzoñosa, la talla de hombre como usted lo será en un futuro, solo quieren endulzar el oído de las jóvenes ingenuas para que le suelten su tesorito, y usted seducirla dándole rienda suelta a sus bajos instintos, saciandose como un puerco para después desecharla como otro objeto más, pero déjeme decirle joven de mi no obtendrán ninguna clase de consejo para que usted se pueda saciar de esas pobres ingenuas, así que vaya con ese cuento a otra persona....Mi abuela se levantó y se fue a su habitación, Jeremías y yo nos quedamos con la boca abierta, jamás había visto a mi abuela tan molesta, solo le pude decir a mi amigo Jeremías: te lo advertí que no le dijeras nada...pero Jeremías solo dio la vuelta y se fue de mi casa perdiéndose en el horizonte....
  Llegamos al último año escolar estábamos por cumplir nuestro mayoria de edad, Jeremías y yo habíamos conseguido un trabajo a medio tiempo, reuniendo dinero ambos porque habíamos acordado que cuando nos graduáramos íbamos alquilar un apartamento con una habitación para cada uno de nosotros, para llevar una vida independiente de nuestros padres y madres; no ganábamos tanto dinero para alquilar un apartamento cada uno, así que decidimos compartir, cada uno teníamos muchos sueños de nuestra vida ya independientes, teníamos toda clase de planes y aspiraciones, pero me daba mucha pena con mi amigo Jeremías porque ya nos íbamos a graduar y el nunca había tenido una novia, me atreví aconsejar, que por el momento no buscará jóvenes para tener una relación amorosa, le decía que buscara mujeres mayores, le decía ellas son más comprensibles, complacientes y con mas experiencia, me pongo como ejemplo, yo tenía una sexualidad ortodoxa hasta que conocí a Rosita, después de conocerla todo cambio en mi sexualidad... le decía a Jeremías, el me miraba con escepticismo, yo busco amor no complacencia me respondió, pero yo bien sabía que a nuestra edad las hormonas iban hacer meollo en los pensamientos de Jeremías. 

July 12, 2015

La Muñeca de Jeremías (Primera Parte)

   
De sólo pesar en lo que voy a escribir para las siguientes publicaciones, que se titulada "La Muñeca de Jeremías" ya me dio risa Lol.... Pero si te gusta la comedia se que te gustará (Espero no defraudarlos) pero no seré tan específico porque tengo muchos amigos y amigas menores de edad de muchos países que me leen. Cuando se es adulto en algunas personas las exigencias sexuales cambian drásticamente, algunas veces por iniciativa propia y otras veces porque una cosa te lleva a otra; la mayoría de personas siguen con su sexualidad ortodoxa, por decirlo de alguna manera. Las siguientes publicaciones con el mismo título se trata de una anécdota personal como protagonista un buen amigo mío, tan sólo le he cambiando su verdadero nombre por el de Jeremías; no se porque siempre se me da poner personajes bíblicos? Acaso tendré algo en contra de las religiones? Vaya usted a saber.... Jeremías era un profeta, lo recuerdan? Sí hombre!!! Ese mismo, el que escribió los libros de lo reyes y el libro de las lamentaciones, pero creo que en esos tiempos no existían las muñecas... O Sí? Vaya usted a saber....
  Mi amistad con Jeremías se remonta en la época cuando iba a la escuela, como decía mi abuela: para que se les quite lo burro y lo asno!!! Jeremías era un tipo esquelético y anémico, retraído y de belleza masculina no tenía nada, cómo si Dios le hubiera negado un atracción física, el primer ingrediente para atraer al sexo opuesto, porque dicen por allí que el amor comienza en lo visual, no se pero quizás en la vida anterior fue un tipo malo y le dieron lo que quedaba, algo así como castigo; pero no todo era negativo para Jeremías, sus cualidades más destacadas era un buen amigo, sincero, educado, inteligente y un futuro hombre potencialmente fiel; el ideal de su vida era formar una familia próspera y llena de amor, así como su mamá y papá; escribía poemas y versos llenos de melancolía y amor, siempre lo escuchábamos hablar de su mujer ideal, con más cualidades que con defectos, por eso de sobrenombre le pusimos "El Enamorado".
  Pero las chicas no se la iban a poner nada fácil, porque a esa edad lo que más atrae es el aspecto físico, algunas chicas lo buscaban para que le hicieran las tareas escolares, que Jeremías las hacía con todo gusto y amor; yo le decía a Jeremías: aunque sea exige un beso por cada tarea, él me decía que al amor no se le exige se da espontáneo, yo le volvía a decir: así como espontáneo te piden que le hagas sus tareas? Jeremías me miraba con recelo y me respondía: tú no sabes nada del amor...
  Un día Jeremías llegó al borde de la desesperación, cuando tristemente se daba cuenta que ninguna chica le hacía caso a lo que él llamaba: los encantos de un macho en celo; se le ocurrió pedir consejo de ésos amores imposible a mi abuela, yo casi me atragantó con el helado de vainilla que me estaba comiendo en esos instantes, yo conocía muy bien a mi abuela lo que opinaba de los hombres entre sus relaciones amorosas, su pasado le dejó un trago amargo, pero no se lo podía decir a Jeremías porque si mi abuela se enteraba que yo había abierto mi boca para hablar del pasado de ella, lo más seguro era que me desollara vivo, así es que le pregunté: Por que no mejor le pides la opinión a tú madre? Jeremías me respondió: es que tú abuela tiene más edad, es una mujer con más experiencia, ella sabrá como aconsejarme, me le quedé mirando muy preocupado a mi amigo Jeremías, le respondí: ahora eres tú el que no sabe nada del amor, le volví a dar otro lengüetazo a mi helado de vainilla y esta vez lo sentí amargo.