En aquel dulce Amor que trae consigo frío y llamas a mi alma ardiente y deseosa de ti... a tu cantar suave, lleno de dulzura, mi preso corazón está a tu merced; sin saber que dejaré mi cuerpo y mis alas; con alegría me apresuro a perderme en tus ojos...
Cuando mi bote rompe la bruma oceánica, y encendido mis ojos de amor, arden las flores de tu corona, y el precio fijado en la inmensa virtud de mi sirena Leucosia y sus hermanas...
¡Ulises! que pudistes venturoso surcar seguro y sin temor a daño, en el islote del golfo de las bellas hermanas: Leucosia, Partenope y Ligea..... ¡Oh, dame tu valor Ulises! tu fuerza y templanza.
¿Que tan grande y valeroso seré? sin caer en sus tentaciones, sin perderme en sus engaños, ¡Escuchar a ellas! ¡Oh, a las inmortales hermanas!
Cuando mi bote rompe la bruma oceánica, y encendido mis ojos de amor, arden las flores de tu corona, y el precio fijado en la inmensa virtud de mi sirena Leucosia y sus hermanas...
¡Ulises! que pudistes venturoso surcar seguro y sin temor a daño, en el islote del golfo de las bellas hermanas: Leucosia, Partenope y Ligea..... ¡Oh, dame tu valor Ulises! tu fuerza y templanza.
¿Que tan grande y valeroso seré? sin caer en sus tentaciones, sin perderme en sus engaños, ¡Escuchar a ellas! ¡Oh, a las inmortales hermanas!
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