El Teorema (Capitulo 12)

  A Flavio lo habían dejado sin sus amarras, sus muñecas de sus manos estaban laceradas por esos horribles lazos; se sentía como un animal enjaulado, era la mayor humillación que un ser humano podría tener, se frotaba sus heridas con mucha cautela; el barco se movía al compás de las olas, así como el estómago de Flavio, su mirada iba sobre el piso del barco donde entraba un poco de luz por las hendiduras de las tablas; Flavio sobre el piso oscuro miró un pequeño destello en una esquina por reflejo de la luz solar que entraba por las hendiduras, fue por ella y agachándose la tomó con sus manos laceradas; era un espejo, con el reflejo del sol miró su rostro, era un indígena de Mesoamérica, su poca vestimenta así lo delataba también, de inmediato recordó todo de ésa vida, como intercambiaban las cosas de valor por cosas efímeras, pero lo que a él más le impactaba era que les obligaban cambiar sus dioses por otro, como eran torturados y asesinado por algo que ellos no terminaban por comprender; recordó como lo habían subido en sus navíos que se deslizaban por los mares para ser mostrando como un trofeo en sus pueblos lejanos; el espejo estaba roto y lo pasó por unos de sus dedos en su afilada orillas, se hizo una cortadura no muy profunda, pensó en defenderse con eso, aunque sabía que eran muchos hombres blancos para el sólo, pero en esos momentos que más daba, al menos moriría con honor y no como un animal; fue rápidamente

apostarse de bajo de las escaleras oscuras donde se subía para el exterior de la nave, su arma perfecto, el factor sorpresa. Flavio no esperó mucho tiempo, la compuerta al exterior se abrió, haciendo su entrada la luz del sol, detrás de la luz dos soldados de su majestad y en medio el gran inquisidor Torquemada; bajaron al piso Interior, cuando estaban apuntando de sorprenderse porque su prisionero ya no estaba; Flavio salió rápidamente desde la oscuridad con su espejo afilado en su mano derecha, apostarse detrás del gran inquisidor sin que nadie se percatara, hasta que Torquemada sintió un objeto afilado justo en su garganta; los dos soldados que venían de custodio apenas se dieron cuenta de tal hazaña llevaron sus manos donde guardaban sus espadas, pero Torquemada con su rostro de preocupación movió lentamente su cabeza negativamente en señal que no intervinieran - Que quieres de mí? Preguntaba Torquemada con voz entrecortada - asesinarte Maldito!! Decía Flavio con furia, en su dialecto que Torquemada estaba bastante familiarizado - aunque me mates no podrás escapar, le aseguraba el gran inquisidor - no me importa, deseos tú maldita alma, decía Flavio - para llevarla al Inframundo? Preguntaba Torquemada con ironía, pero no podrás porque mí alma pertenece a Dios - tú eres ese demonio que tanto profesan, y lo que busco es venganza, le aseguraba Flavio; jamás volverás hacer daño a ningún niño, le gritaba con furia cerca de su oído izquierdo; en esos instantes los dos soldados de su majestad sacaron con rapidez sus espadas de sus fundas sin quitarle la mirada inquisidora a Flavio; era la última oportunidad de Flavio para vengarse de la muerte de su hijo, por lo que estaba vagando de encarnación en encarnación; de inmediato le hizo un corte profundo de muerte en el cuello de Torquemada, quedando el maldito inquisidor con la mirada perdida sobre el piso de madera de la cubierta, las rodillas flexionadas y en su mente perversa de sangre, gritos espeluznantes de sus víctimas y así como sus asesinatos inhumanos; quería exhalar aire pero lo único que conseguía era tragar su propia envenenada sangre, hasta que murió ahogado con su sangre. Los soldados al ver tal atrevimiento arremetieron con sus grandes espadas a Flavio, una cuchillada tras otra sin piedad alguna; Flavio a la quinta cuchillada ya no sentía nada, ni dolor, ni irá, sólo sentía que se iba desvaneciendo segundo tras segundo...

El Teorema (Capitulo 11)

  Flavio miró como esa espada letal iba en dirección vertical a su frente a toda velocidad, exactamente en medio de sus dos ojos, como queriendo dividir su rostro en partes iguales; pero fue tan rápido en sus reflejos para quitarse ese golpe mortal que ni él mismo se lo podía creer; Flavio todavía sobre el suelo pero luchando por su vida, le dió una patada en la rodilla de su oponente donde tenía el pie de apoyo, haciendo que perdiera el equilibrio corporal, lo suficiente para desenvainar su otra espada de su costado; con rapidez y furia lo llevó hacia la garganta de su oponente, cortándole el habla junto con su vida. Al parecer la guerra había terminado, un escenario desalentador para ambos bandos; Flavio volvía a tener esos episodio de lagunas mentales, creyó que lo vivido anteriormente quizás era producto de sus pesadillas como todo guerrero lo sabe tener; caminaba con su herida en su costado, tapado con su mano izquierda y en la otra mano iba empuñando hacia abajo su mortífera espada; iba camino entre los cadáveres, recordaba algunos compañeros de lucha y unos cuantos enemigos; su dolor era inmenso que casi no podía caminar, llevó su mirada hacia su costado donde le había infringido la mortal herida, al mismo tiempo abría su mano izquierda donde tenía presionado su costado; era de espanto, profunda y letal, un corte limpio sin dudas; Flavio podía ver partes de sus intestinos, sentía náuseas creía que de un momento a otro desmayaría, pero sí quería sobrevivir tenía que sobreponerse; primero tenía que salir de esa carnicería, el fuerte olor a sangre era lo más desesperante para Flavio. Con las pocas fuerzas que le quedaba a Flavio, logró llegar a la orilla de un pequeño río, se arrodilló para beber agua y limpiarse la herida de batalla, cayó de rodillas estrepitosamente con las últimas fuerzas que le quedaba, soltó su espada de su mano derecha para beber agua, cuando quiso meter su mano en el manantial se llevó una desagradable sorpresa, el agua estaba rojiza mezclada con la sangre de todos aquellos que habían entregado sus vidas en esa batalla, miró su rostro en el reflejo de aquella agua sangrienta; su rostro era de un hombre asiático con vestimenta de samurai y recordó todo de ésa vida que hoy tenía, en su memoria recordó el último hombre que había asesinado, era el espíritu maligno que había matado a su único hijo, le había dado seguimiento por muchos años, se hizo samurai no por las luchas feudales ni por el honor que todo samurai profesaba y del cual se sentían orgullosos, era porque no tenía otra alternativa para llegar a su objetivo, vengar la muerte de su hijo; de sus labios salieron las palabras: fue mi decisión!! En esos momentos del cielo cayeron una lluvia de flechas que algunas impactaron el cuerpo de Flavio, eran los arqueros de los samurais enemigos; Flavio sin mirar atrás para darse cuenta quien eran, no lo quiso hacer, pues ya sabía quienes eran, sus enemigos del infortunio; se inclinó más aceptando su muerte, apretando sus labios y sus ojos del dolor que mata, sólo quería que todo eso que sentía se terminará de una vez, el cielo se hizo rojizo como el manantial y una bandada de cuervos llegó arremeter con él, con las pocas fuerzas que le quedaba tomó su espada y se la incrustó en su abdomen, haciendo el ritual del Harakiri para no morir en deshonra en manos de sus enemigos....

El Teorema (Capitulo 10)

  Flavio caminaba sin rumbo en una ciudad fantasma, donde a él le alcanzaba la vista todo lo miraba en ruinas, sin personas ni animales; después de haber caminado por más de una hora se sentía cansado y sólo, no sabía dónde estaba y no recordaba haber estado allí jamás en su vida; a un lado de él miró una estación de tren o le que quedaba de ello, entró a la estación ferroviaria para descansar ya que era obvio que ningún tren pasaría por los inexistentes pasajeros; ponía atención en el lugar pero todo le dio más tristeza mirar todo abandonado, en ruinas y sucio; limpió con su mano una de las sillas para descansar, ya sentado se inclinó

tomándose los cabellos con sus manos, una clara demostración de decepción e impotencia, no sabía que iba ser de él en ese lugar, ya no tenía voluntad de seguir adelante con su vida, necesitaba urgente un sentido en su vida para seguir adelante, pero no encontraba nada en él; todavía inclinado miró a su lado derecho y era un hermoso atardecer, el sol se iba ocultando para darle paso a la noche, miró arriba del techo en muy mal estado por la corrosión, habían lámparas pero no servían de nada si no había energía eléctrica; miraba a su lado izquierdo y allí estaba el espectro observándolo, Flavio se inclinó de inmediato, lo había tomado por sorpresa - Que hago aquí? Preguntaba Flavio - estás de nuevo en el mundo de las decisiones, respondió el espectro - Quiero que todo esto termine de una buena vez, decía Flavio con mucha frustración - Quieres recordar por que estás aquí? Le preguntó el espectro - Flavio lo miraba con mucha cautela e interés, claro que me gustaría recordar, respondió Flavio - muy buena decisión, dijo el espectro alejándose de la presencia de Flavio, caminaba sobre los rieles del tren y mostrándole a Flavio que era un ser inexistente; en esos instantes, Flavio todavía sentado sintió otro "deja vu" pero esta vez era diferente ya que no era un ser humano de carne y hueso; rápidamente entró en trance, sus ojos se dilataron hasta quedar con la mirada perdida hacia el cielo y la boca entre abierta. Flavio tenía lagunas mentales en su trance....

 1°- episodio: Flavio logra identificar al mal espíritu que azota a su único hijo por medio de un clarividente, y jura venganza sí algo le pasa a su hijo, su corazón se llena de odio e incertidumbre...

 2°- episodio: Flavio entra corriendo a la habitación de su hijo, lo toma en sus brazos, el cuerpo del niño está lacerado por todas partes y tiene huesos rotos; Flavio desesperado le grita a su esposa que llamara una ambulancia, ella corre hacer la llamada urgente; Flavio toca el cuello de su hijo para saber si tienen pulso, pero ya es tarde, está muerto; Flavio grita de tanto dolor y llantos, no puede creer que un mal espíritu haya matado a su único hijo; su esposa suelta el teléfono alarmada por los gritos de su esposo y va en busca de él; Flavio grita como loco y jura venganza al más allá...

 3°- episodio: Flavio está sentado en esa fría banqueta y se ajusta más su abrigo de invierno, el día está frío, gris y con mucha neblina; escucha el rodaje de un camión sin ser visto por la neblina, se levanta de la banqueta fría de hierro forjado, se pone en medio de la carretera, cuando mira al fin la luz del camión, suelta su paraguas y decide enfrentarse a la muerte; Flavio se suicida para ir en busca del espíritu maligno que mató a su único hijo y así poder cobrar venganza, su decisión es un hecho....

   Flavio salió del trance que lo tenía afuera de esa dimensión, ya era de noche y no había luna, no podía ver nada en absoluto, pero su mente ahora podía ver todo, y el por que andaba reencarnando vidas tras vidas, y así seguiría mientras ese espíritu siguiera reencarnando también, un juego del gato y el ratón, no lo podía encontrar en espíritu, tan sólo encarnado. Escuchó un silbido a lo lejos y una pequeña luz que conforme iba avanzando se hacía más grande, toda la estación del tren se estremeció por la máquina de acero que iba avanzando al lugar, era un tren de vapor, Flavio se levantó muy extrañado, no podía creer lo que estaba sucediendo; el tren de vapor entró a la estación, iba frenando para parar, de adentro del tren se escuchaba una voz ronca y con autoridad: Todos Abordo!!!!

La Muerte de Los Privilegiados

  Entramos a una nueva etapa en nuestras sociedades, de mucha colmocion e incertidumbre, pero es bueno. Pocas personas se han percatado de ese cambio y otras muchas la están practicando sin darse cuenta; no es otra cosa que usar la razón y el sentido común.
  Desde comienzo como raza humana, el uso de la razón a estado en una constante evolución, tal vez en unos pueblos más que otros, pero es una constante que no se detiene; en la antigüedad eran muy pocos los privilegiados que automáticamente se convertiría en gobernantes, reyes, reinas, ungidos de los dioses o de Dios, gurú, iluminados, etc. El resto de la población dependía de sus decisiones y se sometía a ellas, ya que ellos razonaban por el resto, ellos sabrían a su criterios que era lo que más le convenía a sus súbditos. En la era moderna se amplió ese privilegio por medio de la educación al más alto nivel; los que tienen mejores nivel académico son los que llevarían el liderazgo, ósea ellos razonaria por el resto de la población; hablo en el ámbito empresarial, políticos y religiosos. Pero que está pasando ahora? Lo inesperado, las grandes masas populares ya no desean que piensen por ellos, si no que cumplan con los que dicen los líderes; empiezan a cuestionar un montón de cosas y de diversos temas que antes era impensable; Pero por que este cambio tan drástico? La repuesta es: Credibilidad vr. Ingenuidad.

  Un analista político Méxicano decía algo muy interesante: los políticos hoy en día tiene más dificultades para gobernar, en comparación con los gobernantes de antaño, porque son más cuestionados. En el ámbito religioso pasa exactamente lo mismo, un ejemplo personal: un día llegó a mí casa dos hombres de la congregación Mormona, en un ir y venir de palabras sobre su religión le hice la siguiente pregunta: Como ustedes pueden asegurar que lo que dice el libro Mormón es cierto? Ellos me respondieron que son unas tablillas de oro que los ángeles se lo entregaron a Smith para que escribiera ese libro; entonces lógicamente pregunté: y donde están esas tablillas de oro? Me respondieron que los ángeles bajaron del cielo y se las llevaron; la verdad me molestó mucho sus respuestas, porque lo que más odio en esta vida es que crean que soy un idiota e ignorante; les respondí muy molesto con una pregunta : Creen que les creeré ese cuento? Ellos les dió mucha vergüenza, así que cambiaron de tema, ofreciendome ayuda económica y alimenticia de parte de la iglesia, pero yo sé que significa eso, te tienen amarrado a su iglesia por la ayuda que te dan, ósea para que no seas un mal agradecido tienes que incorporar a sus designios; no creo en lo personal que en el plano espiritual haya: espadas, lanzas, vestimentas confeccionada por no se quien, oro, plata, cuerpos humanos, sexualidad, animales, etc. Todo esto es muy humano para que esté en otro plano existencial, pero es otro tema.

  Con respecto al periodismo, está pasando una de sus peores etapas a nivel mundial, más aún cuando los periodistas arriesgaban sus vidas en las guerras o eran perseguidos por hechos políticos; ahora su credibilidad y veracidad está en tela de juicio, sus lectores los están etiquetado como unos mentirosos o embusteros; ya las personas empiezan analizar más los hechos y lo que dicen las noticias, miran que hay una enorme brecha, o lo que se dice carece de toda veracidad, y los más peligroso es que quieren dar un enfoque muy diferente a la realidad, con mucha malicia. Algunos cadenas de noticias están muy preocupados por eso, porque saben que si los lectores ya no creen sus noticias, el periodismo dejaría de ser; dos periodistas hablaron con este tema, con respecto al actual presidente de los Estados Unidos, lo acusan que el presidente es más sensacionalista que su corporación periodística, por eso está ganando enorme apoyo mientras ellos cayendo; y que en verdad algunos colegas aceptan sobornos; la verdad es triste escuchar todo eso, pero es al punto que a llegado el periodismo en nuestro tiempos; todavía no se han dado cuenta o no quieren aceptar que ya una enorme población empieza a tener sus propios criterios como personas individual y pensante, que ya no sólo piensan en trivialidades si no en cosas mucho más importantes y profundas que antes era única y exclusivamente para privilegiados; ya no necesitan que otros razonen y decidan por ellos, por ejemplo al nuevo presidente sabe que tiene un enorme peso sobre sus hombros, si no cumple con la expectativas con aquellos que lo eligieron y no gobierna con igualdad, su respaldo ciudadano dejará de ser su apoyo y las acusaciones de toda una nación será su declive; los ciudadanos queremos ver resultados óptimos para todos, claro que ahora es muy poco tiempo, pero todos esperamos que sea un buen Presidente.

 Quiero terminar con el padre moderno de la Filosofía, que luchó contra los prejuicios y a favor de las igualdades de razonar, que no necesitas ser un erudito o gran académico para llegar a un Razonamiento óptimo en temas transcendentales de nuestro diario vivir; René Descartes:

De igual modo, juzgaba que las ciencias expuestas en los libros, al menos aquellas compuestas y progresivamente engrosadas con las opiniones de muchas y diversas personas, no están tan cerca de la verdad como los simples razonamientos que un hombre de buen sentido puede naturalmente realizar en relación con aquellas cosas que puedan estar tan carentes de prejuicios o que puedan ser tan sólidos como lo hubieran sido si desde nuestro nacimiento hubiésemos estado en posesión del uso completo de nuestra razón y nos hubiéramos guiado exclusivamente por ella, pues como todos hemos sido niños antes de llegar a ser hombres, ha sido preciso que fuéramos gobernados durante años por nuestros apetitos y preceptores, cuando con frecuencia los unos eran contrarios a los otros y, probablemente, ni los unos ni los otros nos aconsejaban lo mejor.

El Teorema (Capitulo 9)

  Tennessee 1,870... Flavio sintió como un fuerte golpe en su mente, como si hubiera recuperado la memoria de un gran letargo; cerraba y abría sus ojos con rapidez, sentía mucho calor y sudaba todo su rostro, miraba por dos orificios que le permitía ver hacia el exterior, adentro todo era oscuridad y confusión; sentía pesado y caliente su mano izquierda, miró entre los dos orificios en dirección de su mano y era una antorcha, iba montado sobre un caballo con vestimenta blanca, alrededor y enfrente de él iban más hombres a caballo con vestimenta blanca y encapuchados del mismo color, miró con mucho miedo y se dió cuenta que iba en una caravana nocturna; todos se detuvieron con sus caballos en una llanura desolada, fría y oscura, se bajaron dos hombres encapuchados de sus caballo con antorchas en mano y fueron en dirección a una cruz que había sido enterrada con anterioridad, le pusieron las antorchas a la cruz y rápidamente tomó las llamas que subía hasta el cielo nocturno; cuando Flavio vió la cruz encendida por el fuego se quitó la capucha de su cabeza, su respiración era frenética así como su corazón, un hombre que estaba a la par de Flavio, lo miró con ira, de su túnica blanca se sacó un revólver Colt y se lo dió a Flavio, él tomó el revólver con mucho temor, el hombre encapuchado habló con voz firme y desafiante: ahora es el día de tu iniciación, mata a esos dos bastardos; se lo dijo señalando a un costado de la cruz dónde se encontraban dos hombres afroamericanos, muy golpeados, sentado sobre el suelo y sujeto sus brazos hacia atrás; la mente de Flavio iba a toda velocidad, no sabía que estaba haciendo allí con esos hombres endiablados, trataba de recordar como los había conocido, pero todo era lagunas mentales, ya que con capuchas no podía identificar a nadie de ellos; el hombre de la capucha lo observaba con mucha atención, miraba la expresión de Flavio con mucha incertidumbre, miedo e indecisión; el hombre sacó otro revólver de su túnica blanca y lo apuntó a la cabeza de Flavio, diciendo: ya es muy tarde para arrepentirse, ya no puedes salir de este organización con vida, o los matas o te mató, tú eliges... Flavio recordaba que todo había sido un juego de odio, que una cosa lo había llevado a otra, sabía en esos instantes que esos hombres no estaban bromeando; Flavio alzó su arma en dirección de los dos hombres afroamericanos que abrían sus ojos con incertidumbre, sólo esperando los disparos .. Flavio tuvo otro "dejavu" miraba como el espíritu azotaba a su pequeño hijo en la habitación sin piedad, en su mente estaba seguro que ese mal espíritu era el hombre encapuchado, su rostro cambió de semblante rápidamente, a odio y venganza; con mucha rapidez cambio de dirección su revólver donde estaba el hombre encapuchado y sin mediar palabra le disparó a quemarropa, matándolo en el acto; los otros hombres allí presentes con nerviosismo sacaron sus armas de fuego en dirección de Flavio para dispararle; Flavio en el refuego mató a otros dos hombres encapuchados mas, pero eran demasiados para él sólo, sentía como los disparos entraban en su cuerpo como hierro incandescente y sintió un impacto detrás de su cabeza, sus oídos zumbaron espeluznantemente; Flavio con todas sus fuerzas quería aferrarse de su vida, pero ya no pudo más, se desplomó sobre el suelo.