Allá en el bosque, de la tierra de nunca jamás, un pajarito que vive libremente entre la espesura; no es seducido por la trinidad Inculcada, ni ostenta pluma de varios colores.Volando entre las ramas hacia el arroyo, sólo su amada libertad procura; porque el pajarito no puede vivir en jaula oscura, ni llevar un grillete imaginario en su patita.
Entrando al bosque, los Infames aprisionarle quieren, y el pajarito infeliz se agita ¡Oh, Si! Yo quiero ser el pajarito, que a mí también la esclavitud me hiere, mi paz se turba y mi ilusión se marchita.
¡Oh, Malditos Canallas! ¿Quieren imponerle sus altares, sus ritos y dioses a pajarito? ¿Inculcando que pajarito es un mundano? O ¿Inculcarle que es el honor y la gloria, para que derrame su sangre por ustedes?
¡Dejad el bosque y sus criaturas, no lo contaminen! ¡Malditos Infames!
¡Volad de prisa pajarito! Entre los mansos arroyos, entre las flores perfumadas, entre las llanuras serenas, entre los verdes pasto y árboles frutales.
¡Malditos Infames, te llevasteis a pajarito! Quien hizo su nido en un hueco de un árbol, quien amanecía con música en su pecho, como si el árbol tuviera un corazón musical; el dulce pajarito entre el hueco se asomaba, para beber roció, para beber aroma; el árbol del bosque daba la sensación de que se le salía cantando el corazón.