Bajos los anchos pliegues del mar se deslizaron tus naves ¡Reptiles, Carroñeros! Esa turba se ampararon tosca y logrera, hija degenerada de la altanería.
Seres audaces, persiguen el lucro mezquino; en altos ideales se escudan. Sembrando odios eternos en su camino, incubando clima de pobres hambrientos miserables a quienes exigen.
Hoy en sus ricas tiendas levantadas, los peregrinos se mofan impía. Convirtieron estas tierras en burócratas inhumanos especialistas en la mentira y el despojo; que hoy todos sufrimos humillados.
Montón de Reptiles que muchos rinden tributos y admiración, en cualquier latitud, en cualquier lugar ¿Que éxitos menguados te pavonean? Negra infamia logra tus frutos, solo arrastras sangre y luto.
¡Maldita Seas!
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