En aquel dulce Amor que trae consigo frío y llamas a mi alma ardiente y deseosa de ti... a tu cantar suave, lleno de dulzura, mi preso corazón está a tu merced; sin saber que dejaré mi cuerpo y mis alas; con alegría me apresuro a perderme en tus ojos...
Cuando mi bote rompe la bruma oceánica, y encendido mis ojos de amor, arden las flores de tu corona, y el precio fijado en la inmensa virtud de mi sirena Leucosia y sus hermanas...
¡Ulises! que pudistes venturoso surcar seguro y sin temor a daño, en el islote del golfo de las bellas hermanas: Leucosia, Partenope y Ligea..... ¡Oh, dame tu valor Ulises! tu fuerza y templanza.
¿Que tan grande y valeroso seré? sin caer en sus tentaciones, sin perderme en sus engaños, ¡Escuchar a ellas! ¡Oh, a las inmortales hermanas!
Nadie sabe hasta qué confines remotos de mi alma siguen los cortejos de esa pena; que cada vez se desvanece el espejismo de aquella ilusión.... hay tardes en las que desearía embarcarme y partir sin rumbo cierto, y silenciosamente perderme en algún puerto; irse alejando mientras muere el día....
Emprender una larga travesía sin retorno, y perderme después en un desierto de crepúsculos...en aquel inmenso mar! no descubierto por ningún navegante todavía..
Pero bien sé que este placer acaba en llantos; que esto es imagen cierta de mi pena; Amor injusto! siempre condena... ¿Por qué sufro? ¿Por qué padezco? porque sufro tanto...
Hubo blanca luz, tiernas miradas, dulces cantos y celestes armonías; como aquellos cantos de sirenas... mas vuelvo al final de aquel dulce encanto....
Oscilo todos los días de las semana, tanto que odio los Lunes; me siento como un autómata trabajando sin cesar, un ser animado, un verdadero títere de una elite cada vez mas pequeña, con mas poder y privilegios.
Escucho voces Socialistas, me pregunto: ¿será la Solución? o ¿será otra oligarquía disfrazada de igualdad?
No! la única verdad que si no trabajas te conviertes en maldito holgazán que tarde o temprano irás a delinquir; porque así construyó el cimientos de nuestras sociedades, en base a dinero y riquezas.
Pero llega el Sábado por la noche....¿A quien le importa?... y reacciono, me siento vivo de nuevo, mi imaginación vuela... un torrente energía pasa por mi cabeza; me parezco a mi mismo de nuevo, también te puede pasar a ti... me convierto en mi propio ídolo, mi propio superhéroe, mi propio Dios... así te sentirás por siempre!
Miro la flecha prendida en llamas de Cupido incrustada en mi corazón, y la mirada esquiva de aquel disparo erróneo de Cupido; señalo a los astros en esa noche estrellada, traspasando el infinito... como si yo fuera parte de ellos, y ellos de mi. Así será mi baile estelar desde ahora... es la única manera que me puedo sentir yo mismo, un ser único... te pregunto: ¿Te pareces a mi? ? ¿Ardes como yo? ¿Sueñas como yo? ¿Bailas como yo?...
Cómo no recordar mi viaje al Oriente Medio, es otro mundo, en una época que nunca transcurre o que tal vez nunca paso.... llegue a una región que le llamaban "Uf! al sudar" fui recibido por mi amigo Abdul, que era el Imán de la mezquita principal; el Imán Abdul poseía una personalidad magnética, como todos los imanes.
Luego me dirigí a un pueblo nómada, eran nómades por partida doble; primero porque deambulaban sin residencia fija y la segunda, porque en su mayoría eran hombres que con el pretexto de "nómadas" se andaban escondiendo de la manutención alimenticias de sus hijos que formaban de sus Harén.
Pero hablando de Harén, recuerdo al Jeque en su noche de víspera de boda; le cantaba a su esposa número 20, que por fin estarían casados, que Alá cuida a los enamorados, y pues él ama a sus 20 esposas; y por siempre les haría fiel... ósea, que no se iba a enredar con otro Harén; término mencionado el nombre de sus 20 esposas: Bashira, Amira, Fátima, Dalia, Ghaada, Anbar, Anaan, Farah, Iris, Hana, Jameela, Lina, Lama, Kamra, Nadia, Nahid, Sabba, Sahira, Zafira y María Angélica.
Un insondable dolor, una pena inocente y monstruosamente atormentada desde siempre que fue creada a Medusa; sufre lacrimosa afanes, dice Hesíodo; entorno a su belleza, su horror, su exilio y su poder, que teje las grandes leyendas....Pero su horror así como su belleza son divinos.. sobre sus párpados y labios, parece yacer cual sombra de hermosura. Donde brilla, exalta y arde, lucha en lo mas hondo de su ser, tormentos angustiosos y la muerte.. Sin embargo.. no es tanto el horror lo que petrifica, sino mas bien la gracia del espíritu seducido, al contemplar tal extraña belleza... De su cabellera salen pelos de víboras, que se enroscan entre sí, fluye, se enreda en largas marañas, y tejen con infinitas voluptuosas malla radiante, cual fuera un solo cuerpo, un solo ser... es la fascinación tempestuosa del terror! en las serpientes centellantes! una mirada abrasadora y feroz al mismo tiempo; encendida por lo inexplicable; que convierte en los angustiantes, en vapores de aire seco, estatuas del terror y una mirada de belleza inexplicable....
