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Novato de la literatura y de la vida...

March 9, 2017

Julio Penas (Capitulo 2)

  Julio al igual que la inmensa mayoría de adolescentes predominante varones, eran rebeldes o como comúnmente se le conoce como "La edad de la rebeldía" siempre querían sobresalir o ser más atrevidos que las personas mayores, esa era la forma de que fueran tomados en cuenta dentro de una sociedad bastante compleja, querían poner su propio sello distintivo así como lo quisieron hacer las generaciones pasadas, pero al final tenían que alinearse a los reglamentos sociales de comportamientos ya previamente establecidos, ósea tanta rebeldía para nada, algo que todavía no terminaban de comprender las nuevas generaciones. A pesar de todo, los mismos comportamientos de los adultos se reflejaba en los jóvenes, heredado por la crianza familiar, social y en muchos casos, religiosas también.
  Era hora de receso en la escuela, todo los alumnos salían despavoridos hacia la cafetería, pero Julio iba a paso lento, la verdad no había para él un gran interés en los recesos a excepción de la comida y bebida gaseosa. Con su charola de plástico Julio iba buscando asiento, pero tenía que elegir bien ya que ubicarse en el grupo de amigos equivocados le traería serios problemas y lo que a él más le temía "La Vergüenza" que lo dejara al descubierto su ridiculez, o más bien que lo dejaran como un ridículo ante todo el alumnado; de tanto miedo que sentía que prefirió alejarse de todos en una esquina semi-desolada; Julio saboreaba su delicioso emparedado con soda de bebida, levantó su cabeza de donde se encontraba sentado y aún masticando sus alimentos miraba como todos los alumnos estaban absortos mirando fijamente sus teléfonos inteligentes, mandando mensajes en las redes sociales, todo era silencio, sólo algunos tonos de celulares se escuchaban cuando llegaba algún mensaje desde la red, aquellos que no lo tenían en modo de silencio para no perderse ningún mensaje, así como también se escuchaban algunas risas dispersas, pero sólo los del grupo de amigos sabían si eran risas por burlas por haber ofendido a alguien o de una hermosa lectura de comedia, pero Julio estaba seguro que era la primera opción; nadie interactúa de la forma tradicional, una plática sincera mirándose a los ojos y mirando sus expresiones corporales así como sus ademanes cuando esas conversaciones están cargadas de sentimientos y una elocuencia que sólo te permite seguir hasta que tú imaginación o tu nivel académico te lo permita. Pero ya no eran los tiempos de expresarse en persona o en público, para eso estaba las redes sociales; así es que Julio sacó su teléfono inteligente también y se ponía a leer las publicaciones y los comentarios de su grupo de amigos, y eso que a todos ellos los tenía a unos veinte pasos de él, pero nadie se miraba para no evidenciar lo que estaban pensando y la reacción que tenían en ciertos comentarios, tenías que guardar las apariencias así como los adultos. En eso Julio miró que estaba una chica de su escuela que le gustaba mucho, que estaba a unos treinta pasos de donde estaba él; jamás en su corta vida había hecho nada atrevido a excepción cuando pintó un corazón con una flecha atravesada y grabada el nombre de una niña que le gustaba cuando iba a primaria, que todo lo supieron de su atrevimiento ya que le confío ése secreto a un amigo que su madre era la más chismosa del barrio, fue el hazme reír de todos y duró hasta que a Julio lo cambiaron de escuela; pero que importaba ahora, así que le mando un texto en privado a esa chica, que decía: Hola 😎 perdona que sea tan inoportuno, pero sólo quiero que sepáis que me gustas mucho y no pierdo las esperanzas que un día seamos novios 😉, firma: tú admirador secreto #1 - La chica cuando leyó el texto de Julio, alzó su cabeza donde estaba la multitud de alumnos concentrados mandándose mensajes, miró a Julio a corta distancia y se levantó con enfadado y se dirigió donde Julio; Julio por su parte pensó que había cometido la peor estupidez de lo que llevaba de vida, que al decir verdad, era una de las muchas que le falta vivir; pero en esos instantes cuando miraba a la chica acercándose a él y se notaba que no iba con buenas intenciones, quería que todo eso fuera una maldita pesadilla y despertar antes que ella llegará; la chica se paró enfrente de él con los brazos entre lazados a la altura de su abdomen, con su delgada cintura haciendo un quiebre de medio lado y zapateado con uno de sus pies, como dando palmadas sobre el piso, le dijo con menosprecio: haber, dime en mí cara lo que me escribiste en el texto que me acabas de enviar, los demás allí presentes dejaron el ciberespacio para poner atención a lo que allí acontecía; Julio miraba que todas las vistas estaban puesto en él, de inmediato se sonrojo pero no tenía el valor para mirar a la chica que él pretendía, sentía que hizo un acto estupidez haber mandado ése texto - vamos!! Si te crees tan macho dímelo en mí cara, le exigía la chica con enfadado - Julio se levantó con la cabeza agachada sin responder nada y se dirigió a la salida de la cafetería, todos se echaron a reír a carcajadas; la vergüenza y la humillación había vencido el orgullo de Julio.

March 8, 2017

Julio Penas (Capítulo 1)

  Gregorio estaba en el hospital cargando su recién nacido, era su primer hijo, lo miraba tan pequeño e inofensivo, era tan impactante ser un padre de familia, y no era que jamás hubiera visto un bebé ya que a su corta edad de veinte y cinco años había visto recién nacidos de conocidos y desconocidos también, pero una cosa era verlos y cargarlos pero otra cosa muy diferente es tener una responsabilidad sobre sus hombros, pero a pesar de todo se sentía tan bien tener un ser de tu misma sangre, o como dicen: sangre de tu sangre y cuerpo de tu cuerpo; al menos era eso lo que creía, ya que como dicen también: ser Padre es un acto de fe. Gregorio!! Le gritaba su esposa Carla, muy molesta acostada sobre la cama de parto - han pasado nueve meses desde mí embarazo y todavía no tienes un nombre para nuestro hijo!! Si no tienes un nombre para nuestro bebé ahora, yo le pondré el nombre, le afirmaba su esposa muy molesta; en esos momentos a Gregorio fue como si le tirarán un balde de agua fría, sus peores pesadillas estaba por cumplirse y es que no confiaba para nada en su esposa Carla, ya que antes de ser novios y después su esposa, Carla había tenido muchos noviazgo fallidos hasta que formalizó un noviazgo con él, aunque a Gregorio no le importaba pero a su familia sí; pero su temor, aunque para ser sincero Gregorio tenía muchos temores, pero uno de ellos era que su esposa le pusiera un nombre de cualquier enamorado que había tenido en su adolescencia pecaminosa, que al decir verdad, eran muchos. Gregorio cargando su bebé se puso de pie, dando vueltas en la pequeña habitación del Hospital, su esposa Carla lo miraba con enfadado; en eso Gregorio miró un calendario que estaba colgado sobre la pared y miraba el mes en que se encontraban, era Julio; ya lo tengo!! Lo llamaremos Julio!! - Julio? Que original eres, le decía su esposa con sarcasmo, estas loco Gregorio!! Julio es el nombre de un mes!! A tu hijo le pondrás el nombre de un mes? Le preguntó su esposa llena de ira e incertidumbres - Julio es un nombre hermoso, decía Gregorio muy molesto por la recriminación de su esposa Carla, hay muchos famosos con ese nombre, por ejemplo: Julio César, Julio Verne, etcétera. No me importa, no permitiré que le pongas ese nombre a nuestro hijo, le decía su esposa - Púes yo soy el padre y seré el que firmara el acta de nacimiento, así es que me da el derecho de poner el nombre que yo quiera; su esposa Carla lo miraba con enfadado y en el fondo con resignación, le dijo: ponle el nombre que te dé la gana!! Pero un día tu hijo te recriminará por eso, y anotalo porque son palabras proféticas.
  Quince años después.... Julio iba creciendo bajo el amparo de su padre y madre; a Gregorio le había costado mucho la crianza de su hijo, no era fácil ser un padre de familia, recordaba aquéllas palabras que le dijo la enfermera cuando iba saliendo del hospital con su retoño, y se le notaba la cara de preocupación: no se preocupe, los niños traen el pan bajo el brazo... era una total mentira, sólo él así como otros padres de familia responsables sabían lo difícil y los muchos sacrificios que tenían que hacer para crear y proteger a sus hijos; pero ya Julio iba encaminado hacer un adulto, sólo le quedaba dar buenos consejos a su hijo y apretar los dedos para que cuando fuera un adulto se pudiera defender por sí sólo y fuera una persona de bien; su regla de oro que le daba a su hijo y se lo repetía como una mantra era: El Miedo te salvará.
  Como en muchos pueblos las costumbres, los lineamientos sociales, que en muchos de ellos no hay nada escrito, tan sólo se transmiten en forma oral de generación en generación, cambian de pueblo en pueblo; a Julio le tocó nacer en una sociedad discriminatoria, de mucho miedo al salirse de la tangente de esos lineamientos sociales y sobre todo hacer el ridículo, porque lo importante era mantener las apariencias ya que si no lo hacías eras ridiculizado y discriminado por la misma sociedad que no tenía reparo en hacerte a un lado.
  Julio estaba enfrente de su computadora siempre a la misma hora todos los días, una rutina diaria que aunque estuviera enfermo o indispuesto, siempre estaba allí para todos y a la misma vez para nadie, aunque era la manera moderna de socializarse pero a la vez era patético; se sentía triste como de costumbre, tecleó un rostro animado que expresaba tristeza y lo subió a la red, miraba que todos sus amigos estaban en esos momentos en la red, pero nadie le preguntó por que estaba triste ni mucho menos una palabra de aliento, Julio esperó por diez minutos más haber si obtenía alguna respuesta, pero nada; después tecleó un rostro feliz que demostraba que se sentía genial, esperó por treinta minutos más y no obtuvo respuesta alguna, era patético con los contactos de la red, eran como perfiles fantasmas que sólo quieren husmear para enterarse de la vida ajena, eran las típicas viejas chismosas del barrio, pero lo patético era que en tiempos modernos y mucho más jóvenes; Julio apagó su computador y se frotaba su rostro con sus dos manos en señal de decepción, y dijo: todo esto es estúpido...

March 7, 2017

Rocker's Life (Capítulo 3)

  Era su primer día de clases para Noemí en Lima, estaba muy nerviosa y frotaba sus manos sudorosas; iba caminando sobre el pasillo del colegio mirando a todo el alumnado, eran tan diferente a los de Cuzco que se sintió intimida por vez primera, pero dentro de ella sentía algo que le decía que tenía que superar todo eso y tratar de hacer amistades, sólo esperaba que no le faltarán el respeto, algo que toda chica de su edad temía. Entró a lo que era su salón de clases, saludaba a todos en voz baja pero nadie le respondía ni mucho menos la volteaba a ver; poco a poco se daba cuenta que tenías que pertenecer a un cierto club social que los mismos jóvenes formaban para tener algo de aceptación entre ellos mismos, o al menos una aceptación donde el circulo que quería pertenecer; era tan diferente a su querido Cuzco donde sólo bastaba que conocieran a tú familia para poderte aceptar, aunque tuviera la misma finalidad, que perteneciera a algo o a alguna cosa para poder ser aceptado.
  Se sentó en lo que ella decidió ser su lugar dentro del salón de clases, ni tan enfrente, ni tan atrás; a la par de ella era otra chica de su misma edad, la miraba de reojo, que por suerte ella estaba mirando el trasfondo del pizarrón, o al menos eso era lo que se notaba en ella, una mirada seria y perdida en un lugar que sólo ella conocía; Noemí se fijaba mucho en ella, sus uñas pintadas de negro, su cabello lacio negro azabache, muy largo y cubriendo una parte de su rostro; Noemí admirada porque su cabello no estaba amarrado por una coleta, algo inaceptable en Cuzco, ya que una chica sin su cabello sujetado era etiqueta como una loca; sus labios y el delineador de sus ojos de color negro también, llevaba puesto unos vaqueros semirotos a las alturas de sus piernas, algo jamás visto en Cuzco, unas botas desgastadas con una playera negra que tenía un pequeño dibujo en su lado del pecho izquierdo; Noemí se agachó un poco más para ver mejor ese dibujo, siempre de reojo para que la otra chica no se percatara que Noemí la estaba criticando visualmente, no quería problemas con nadie de la escuela, se fijó que el dibujo era una cruz invertida, Noemí abría grande sus ojos y su boca, se quería percinar ante gran falta de respeto de la fé cristiana, pero se abstuvo, no quería serios problemas con esa chica, era mejor mantenerla lejos de su margen social para ella. Pero pasó algo inusual e inexplicable para Noemí, la chica de la par, le dirigió la mirada a Noemí con mucha seriedad pero sin expresar enojo ni molestia, su mirada era tan impactante para Noemí y lo extraño era que la chica le mantenía la vista como si esperando una reacción de Noemí; por su parte, Noemí también le mantenía la vista pero con mucho temor, pensando que algo malo le podría hacer la otra chica, pero ese temor era muy elocuente para la otra chica, y le dijo alzandole su mano derecha en muestra de amistad: Hola, me llamo Penélope, eras nueva aqui? - Noemí de inmediato puso una sonrisa de idiota, así como cuando te toman desprevenido; no lo pensó dos veces y le estrechó su mano en señal de aceptar su amistad, un raro saludo para Noemí porque en Cuzco sólo los hombres se saludaban de esa forma; Sí, soy nueva aquí, vengo de Cuzco, respondió Noemí - Ah, de acuerdo, eso explica tantas miraditas para con migo, como sea, Cuál es tú nombre? Preguntaba Penélope - Noemí!! Me llamo Noemí....

March 3, 2017

El Monólogo de un Espíritu en Pena

   ¿Como me pudo haber pasado esto? Estoy tan confundido, mis pensamientos son un caos, o ¿será que mis propios pensamientos me están traicionado? Me está destruyendo lo que una vez fue eterno para mí... Siento que todo es un mal sueño que aunque quisiera despertar, no puedo; ya no tengo un cuerpo y es lo que más me confunde, siento que mí espíritu sólo flota en un infernal vacío; quiero regresar donde antes pertenecía, pero sólo regreso en lo que soy ahora; ¡Ahhh!... ¡Horrible Tormento!, lleno de oscuridad y silencio, si alguien me pudiera guiar cuál camino tomar pero no veo ningún sendero, aunque lo encontrará no puedo caminar. Sólo encuentro rendijas con mis pocos recuerdos que tengo, regresé en mí último lugar cuando tenía un cuerpo, hablo con aquellos seres que un día antes fuí pero no escuchan, ¿será que ya no tengo voz? No me miran, ¿será que ya no me recuerdan? Escuchó voces sollozas pronunciando mí nombre, aunque conozco esas voces no las puedo encontrar; ¡Yo no elegí esto! ¡No pedí nacer! ¡No pedí el dolor! ¡No pedí la soledad! o ¿sólo soy un experimento? Siento que desvanezco en este horrible vacío, ¿será la muerte nuevamente? o ¿tal vez será otra oportunidad para vivir? Pero será mejor morir de nuevo, púes así seré libre por siempre...

March 2, 2017

Rocker's Life (Capítulo 2)

Noemí no estaba muy de acuerdo con la decisión de sus padres, jamás había salido fuera de Cuzco y eso la ponía ansiosa y con mucho miedo, más aún vivir con su tía Patricia, aunque ella sabía que eran familia ya que regularmente llegaba a Cuzco, pero una cosa era tener una visita y otra convivir con ella, lo único que le confortaba que su tía era muy cariñosa con ella.
 El día de partir hacia la capital había llegado, sin faltar los buenos consejos que su padre y madre le habían dado, ya que como en todas grandes ciudades el peligro se cierne en todas partes y sin faltar los falsos amores que sólo hacen que las chicas se ilucionen para aprovechar su inocencia. Noemí se había despedido de sus amigos de toda la vida, así con las estrechas amistades de su escuela, sin ser así, estaba más nerviosa que nunca; estaba en el aeropuerto con sus pocas maletas, sus ojos llorosos y una inmensa ganas de luchar por un mejor futuro, no quería defraudar a sus padres, era lo menos que ella podía hacer por ellos, de tantos sacrificios que iban hacer por sacarla adelante con sus estudios. Llamaron por el alto parlantes el número de vuelo hacia Lima; la despedida fue emotiva con la promesa que regresaría a su pueblo natal en vacaciones.
  Noemí iba saliendo por la puerta principal del aeropuerto cuando vió a su tía con rostro de felicidad, ambos se dieron un caluroso abrazo de bienvenida; por el camino donde iba hacer su domicilio permanente, tía y sobrina iban hablando de los por menores de su viaje y despedida de sus padres, sin faltar los ya conocidos consejos de la vida en las grandes urbes; se bajaron del taxi pagando el cobro exacto del trayecto; Noemí parada sobre el pavimento se percató que ya era de noche, mirando con atención el desconocido barrio donde vivía su tía, era una mezcla de luz tenue y construcción pobre, para ser accesible para todos aquéllas personas se salario bajos; su tía alegremente le exigió que entrarán a su apartamento, que ya tendría tiempo para conocer mejor su nuevo barrio. Ya enfrente de la única puerta accesible para entrar y salir del apartamento, su tía bajo el equipaje de su sobrina para sacar la llave de la puerta, con un poco de esfuerzo y chillido de la cerradura al quitar el seguro, se abrió la puerta, pero Noemí sólo miraba oscuridad en su interior; su tía con rostro alegré metió una de sus manos en la penumbra para encontrar el interruptor eléctrico, la luz se hizo, ambas entraron al apartamento, su tía cerró la puerta para tener un poco de privacidad; Noemí se percató que el apartamento donde vivía su tía era muy pequeño, más de lo que se había imaginado, una pequeña sala, una mesa pequeña, sobre ella un televisor de 21", dos sofás descoloridos pero confortables, al fondo una pequeña mesa comedor con dos sillas de madera, que a primera impresión se notaba que no eran confortables, pero todo dependía cuanto tiempo tardabas en comer, una estufa de gas con dos quemadores en un pequeño recuadro, refrigerador y a la par un fregadero; su tía con mucha felicidad le mostraba la única habitación con dos pequeñas camas, pero con cobertores limpios, la de su sobrina tenía estampados dibujos animados de Hello Kitty, una ducha en un pequeño cuadro que apenas podías levantar los brazos, a la par un lavamanos - Que te parece? Preguntaba su tía con rostro agradable y esperando una respuesta alentadora - Es muy bonito su apartamento, mentía Noemí por dar de algún modo el agradecimiento a su querida tía - vamos Noemí no mientas, es un apartamento muy pequeño, pero para una vieja solterona como yo esta bien, pero lo que me alegra mucho es que ahora ya tengo compañía que tanto me faltaba, ahora ya tengo con quien platicar por las noches, ser soltera tiene su precio que es la soledad en tu lugar íntimo, pero supongo que como todo tiene sus ventajas y desventajas, decía su tía con felicidad - pero vamos a dormir Noemí, creo que estás cansada por el viaje, ya habrá suficiente tiempo para charlar entre mujeres, decía su tía. Noemí sacó un poco de ropa para dormir de sus valijas, no estaba segura que podría conciliar el sueño esa noche, era mucha emociones encontradas en tan solo un día.