Ángeles Muertos

 

 Buscando en el insomnio olvidados, encontrándome con cuerpos tendidos, cuerpos infinitos, colmados de frío; expectantes pronto para emerger en las memorias.

 Entre los escombros, no muy lejos entre los charcos de agua, incapaces de guardar una nube, o una estrella pisoteada; ví ojos perdidos y sonrisas rotas; el destierro de un hogar, un difunto, son almas que se consumen sin necesidad de fuego; nunca más hojas tenaces que se estampan en los zapatos. Una ausencia que sufren los desvalidos.

 Los ganadores son los que escriben la historia, afirmando que en aquellos rincones existía el mal.

 Así pasa la vida, como un raro espejismo, el moho a mitad de camino. Mientra la sofisticada definición: El Bien Y La Razón; La Muerte Ilusión. 

Ilusos

 

 Númerosos ejércitos se desangran, a Dios invocan, pero se persiguen con odio. Los misiles al aire anubarran el cielo y sigue un episodio tras otro de sangre y destrucción. 

 En un hogar zolloza una viuda que a Dios implora; una madre con sus hijos en un refugio angustiada y medio loca. Imploran de noche y de día: ¡Que esto acabe ya! 

¡Sólo manda el odio, sólo Triunfa la muerte!

Las bombas son unas inauditas bocas de fuego, fauses infames.

Los misiles son peores que un volcán en erupción; el volcán es la naturaleza viviente, los misiles tiene un objeto: destruir y matar indiscriminadamente. Los otros pueblos asiste a la inerte agonía. 

¡Dios es paz! Y no pone a la humanidad en discordia. 

!Ilusos! Creyeron en la falsa concordia de los líderes. 

El Origen

 

 El Universo es mí Padre, Él me ha engendrado; estoy acompañado este firmamento azul. Mi madre es la Tierra, las partes más altas de sus montañas es su matriz; allí el Padre fecunda todas las almas quebajan por las montañas en forma de rocío, en forma de aroma, son entonces: esposa e hijos.

 Hace millones de años, delante de un altar sobre la Tierra, flameaba un fuego sagrado, hubo una adivinación profunda. Una conciencia grandiosa, respiraba palabras extrañas, en ellas encierra el origen de la doble humanidad. El hombre divino, celeste es el origen de su alma, pero su cuerpo es producto de elementos terrestres, fecundado por una esencia cósmica, y por los besos de Urano; que representa el orden invisible, hiperfisico, eterno e intelectual, que abraza todo el infinito del espacio y tiempo. 

Cuando el hombre pierde la conciencia, las estelas cósmicas lo abandona, su alma desaparece y sólo queda los elementos terrestres. A de encontrarse nuevamente en su mente para que las estelas regresen, y reine en él, la dualidad. 

El Tren

 

 ¡Oye! En la rutina de la vida estamos. Por el horizonte viene el tren, que recorre por la mañanita y sale pitando ¡el tiempo se va volando! 

Voy al paso del tiempo, voy cargado de Ilusiones y decepciones, pero busco mí destino. 

A veces el tren pierde su destino, y parezco un viajero que a perdido su camino, en mí espalda llevo mí condena; soy de la vida dura; soy un viajero pobre que conoce el fracaso, pero me ániman: ¡Avanza! 

Pero ven! Te invito a mí viaje para que conozcas el Son de mí vida; ardiente y gozosa, en medio de la aventura. Voy sonriendole a la vida aunque no tenga fortuna; pero voy contento porque siempre hay alguien esperándome en mí hogar, siempre hay alguien que me ama ¡Óyeme mí niña!

Desde este tren de ensueño he de cantarle a los que me aman, porque aunque no tengo fortuna, soy el hombre más afortunado de la vida. 

Déjá-Vu

 

 En aquel lugar, en aquel paisaje, viendo los niños jugar, todo el tiempo rien; y apareció en mi mente un Déjá-Vu, como cuando sabes que escena vendrá, ves una rostro familiar pero no sabes donde lo has visto; recordé su mirada y su sonrisa amigable, y allí esta esa persona; sabía que esta escena ya había sucedido antes, como en un sueño, pero sabes que este momento es completamente real:

- ¿Observando la inocencia de los niños?

- Yo: Todos somos inocentes hasta que un día dejamos serlo.

- Déjalos que descubran su propia muerte.

- Yo: Todos morimos definitivamente 

- Todos ellos crecen conforme al tiempo, sin ellos saberlos. 

- Yo: el secreto último de su inocencia. 

- Nuestro último sueño, ya olvidado. 

- Yo: por eso estoy aquí contemplando sus sonrisas y su inocencia. 

- Cuando todo esto termine, deja que un niño lleve nuestros últimos sueños.