Monstruosamente se alza múltiples recuerdos, así como se alza el mar sobre los malecones, mordiendo los costados de la Tierra. Y tú, tuviste miedo, frío amor tuviste, pero hubo amor en nuestro corazones. Pero todo fue como un conjuro maldito, ahora vienes con aire fantasmal, sola y furiosa.
Ser de niebla, te sientas a mi lado, conversamos como hermanos. Luego te alejas flotando, como un susurro; silenciosa, fina pero fría; te alejas mencionando mí nombre con aire triste.
Vete y déjame sólo, dejo morir lo que a muerto, lo que hemos dejado morir. Del otro lado de los sueños está ella, para siempre atardecer del mar.
Un día extenderé los brazos y moriré en la sombra, sentir el tamaño del mundo en silencio; y navegar los ríos que nacen en tus sueños; me conformaría por cerrar bien mis ojos, y apagar las estrellas del Universo, para estar al otro lado de los sueños.
