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Novato de la literatura y de la vida...

January 15, 2015

El Hombre Pájaro (Décima Parte)

 
El gorrión llegó al barrio pobre donde vivía Ismael, se posó en la única ventana sucia y poco visible de la habitación; pero lo que miraba el gorrión lo dejaba consternado, en la esquina de la habitación estaba Ismael sentado sobre el piso con sus dos manos ensangrentadas tomándose el cabello y gritando como un loco, lo maté, lo maté!!! decía Ismael, llorando del remordimiento, ya que él nunca había matado a ninguna persona, por la otra esquina esta un sujeto tirado sobre el piso y estaba todo cubierto de su misma sangre, en su mano derecha estaba una sortija de oro, la única posesión de valor monetario de Ismael, un recuerdo de su madre. Al parecer ese sujeto era el ladrón, que no tuvo tiempo de reaccionar a la embestida que le propinó Ismael, con un puñal de considerable tamaño y hoja de metal que no dejaba nada a su paso cuando se trataba de rebanar hasta los huesos.
 La policía fielmente había llegado a la escena del crimen, pero cuando vieron al sujeto, hoy difunto, tirado sobre el piso de la habitación de Ismael, los dos policías se quitaron sus gorros distintivos de la única autoridad allí, pero no lo hicieron por respeto al difunto, sino más bien para rascarse sus cabelleras, y una expresión de desánimo, diciendo: Ah Caray!! Si es el ladrón de Josefo, mira como terminó sus días de pillajes, le decía un oficial al otro; ambas autoridades vieron a Ismael llorando inconsolable en una esquina de su habitación, con sus manos ensangrentadas y el puñal a la par de él, los curiosos ya se habían reunido fiel mente para saber los últimos pormenores de lo que sería la gran noticia del mes, aunque los asesinatos en esos barrios pobres eran de 8 a 10 por día; pero lo normal era que el hampón matara a su víctima y no al revés, eso lo que hacía inverosímil lo del hecho ya conjugado. Los dos oficiales de la ley al cerciorarse de la típica identificación que Ismael les había proporcionado, con una fotografía huraña, como quien debe dinero prestado, domicilio impreciso, una ocupación que alguna vez obtuvo por cuestión de suerte y sus características física que hoy ni era la sombra del hombre joven y varonil que fue, los oficiales le dijeron que no tenia porque preocuparse, ya que el asesinato fue en defensa propia, que hasta tenía testigos, gracias a los mirones que siempre estaban al tanto de las vidas ajenas; así es que los oficiales de la ley, prosiguieron a levantar el cuerpo del difunto, con todo el protocolo que ameritaba en esos casos fatales: tomar unas fotografía de muy mala resolución, tomar nota de los testigos que nunca atinaba a los hechos con objetividad y veracidad, pero a los oficiales no les importaba ya que eso era irrelevante y común en todos los hechos mundanos; se llevaron el cuerpo metido en una bolsa plástica de color negro, para que la sangre no fuera de mayor impacto para mirones, lo bajaron por las gradas del domicilio impreciso, como un saco de patatas y se lo llevaron en un camión en un rumbo desconocido sin pena ni gloria.
 Ismael prosiguió a lavarse sus manos y miraba como la sangre de ése hampón se mezclaba con el agua, era para él una escena dantesca y empezó a llorar como un niño, los que estaban allí presente, que eran muchos, le daban ánimos, diciéndole que  era su vida o la del hampón, que ellos en su lugar hubieran hecho lo mismo. Pero algo era seguro, la vida de Ismael ya no iba hacer la misma, porque la vida en la miseria es una cosa, pero llevar una vida arrebatada en su espalda era otra, aunque el sujeto no valiera la misericordia de nadie....









January 12, 2015

El Hombre Pájaro (Novena Parte)

 
La hora llegó, y los que salían de ése teatro parecía de una misma clase social, una aristocracia ortodoxa, desafiante, egoísta y soberbia; el presidente al ver salir a toda esas personas se bajó de su enorme y lujoso carruaje y los invitó a entrar allí, pero ésas personas antes de entrar al carruaje empezaron a discutir con el presidente - como creés que el carruaje se moverá con ésas yegua vieja y enferma? Éstas loco? No sabes que esa yegua no se moverá ni un apéndice, con nosotros adentro? No se preocupen, ustedes tomen asientos adentro del carruaje, lo de la yegua solo es de mi incumbencia; todavía dudando uno a uno iba tomando asiento en ése lujoso carruaje, cuando todos los invitados por el presidente ya estaban adentro y aguardando para tomar camino, el presidente tomó el asiento del conductor y arrió la yegua para que se moviera el carruaje, pero fue en vano, la vieja yegua relinchaba tras la exigencia del presidente, hacia todo su esfuerzo por mover ese enorme carruaje, la yegua se paraba con sus dos patas traseras para darse impulso, pero tan solo conseguía la indignación y la furia del mandatario, se bajó del carruaje muy enfurecido en dirección de la vieja yegua, y empezó a darle latigazos con todas sus fuerzas para que la yegua emprendiera el camino; pero la yegua ya había consumido la poca energía que le quedaba de tantas luchas de ser animal de carga y sumado a los años que pasa factura para cualquier ser viviente. Se bajaron dos hombres a gritarle al presidente, Ya deja de golpear al pobre animal, que no te has dado cuenta que la puedes matar? El presidente le contestaba muy irritado: Ya les dije que no es de su incumbencia, yo soy el dueño de esta yegua, así es que puedo hacer con ella lo que me de la gana; no fue suficiente el castigo propiciado por él, sino que fue por varilla de acero de unos tres centímetros de diámetro por uno y medio metro de largo, que tenía muy bien guardado en el carruaje; sus ocupantes se indignaron profundamente al ver tan horrendo acto de crueldad, que se bajaban uno a uno del carruaje y entre dientes decían y concordaban: éste tipo esta loco!!! El presidente al ver que todos los ocupantes se bajaron del carruaje, lo segó la ira y arremetió con la vieja yegua, dándole con la varilla en su cabeza y cuello, la pobre yegua al sentir los golpes de muerte, quiso huir, pero estaba muy bien sujeta las riendas en el carruaje, al verse impotente el animal cayó agonizante sobre la calle empedrada, sus últimos alientos eran de agonía mezclado con su propia sangre.... los de allí presente horrorizados se retiraron a toda prisa del lugar, otros no podían creer lo que miraban sus ojos y se les doblaban sus rodillas sobre el piso y con sus dos manos sosteniendo su propio cuerpo vomitaban sin parar. El pecho del presidente se agitaba con frenesí de tanto coraje mezclado con adrenalina, con la varilla de acero en su mano derecha y con postura de lunático empedernido, gritaba con sus pulmones inflados: Esta es mi yegua y puedo hacer con ella lo que me venga en gana!!!! Y la yegua tirada sobre el piso de piedra, ya sin respiración con sus ojos abierto entraba torrentes de su misma sangre, su mirada perdida iba dirigida al cielo azul....
 El presidente despertó de su cama muy agitado y con un nudo en su garganta, sentía su lengua como una lija por la resequedad, se levantó de su cama como pudo, directo a un jarrón de cristal que contenía agua fresca, tomó el vaso que estaba situado a la par del jarrón y bebió bocanadas de agua repitiéndose de nuevo.
 El gorrión se retiró al jardín sin saber el significado del sueño del presidente, como fuera el gorrión ya había decidido vivir en esas colinas, pero lo que no contaba era que sus deseos ya no eran suyos, ya que en él estaba depositado un espíritu, que era el que decidía a dónde ir. Sintió ése espíritu acongojado, que quería ir de nuevo dónde Ismael, algo estaba conectado entre ambos, aunque no le gusto al gorrión ésa idea, de ir de nuevo a ese lugar feo, sucio y maloliente, pero emprendió el vuelo otra vez dónde vivía Ismael....










January 8, 2015

El Hombre Pájaro (Octava Parte)

 
Al llegar a esas colinas vio que todo allí era hermoso y olía a verdadera naturaleza, el gorrión nunca se hubiera imaginado que existiera un lugar tan bello como ése, árboles frondosos y con muchos frutos, insectos pululaban en todo ése valle verde y virgen, arroyos cristalinos de agua fresca y purificada por las filtraciones de las grandes rocas, que se imponían en lugares estratégicos de esa hermosas colinas; el gorrión miró esas enormes casas que estaban bastantes separadas unas de las otras, con hermosos jardines, limpias y pulcras, tan bien pintadas que se podía reflejar la luz del día en ellas, sus diseños hacían juego con su entorno primaveral. El gorrión voló rápidamente a una de esas bellas casas, se posó en el inmenso jardín de una de ellas y había un pequeño árbol dónde tenían semillas en depósitos haciendo contraste con el lugar, el gorrión alzó vuelo nuevamente hasta llegar a esos depósitos que pululaban de otras aves de diferentes especies migratorias y no, pero todas con la misma finalidad, saciar sus pequeños estómagos y porque no? También sus gargantas silbadoras. El gorrión se estaba dando un festín de reyes y dioses, el gorrión vio a lo alto de una casa enorme un hermoso ventanal, imponente y pulcra, alzó vuelo hacia esa ventana en particular, ya que habían muchas en diferentes lugares estratégicos de ese hogar, cuando llegó a esa ventana vio que un hombre, estaba durmiendo en una enorme cama, limpia, llena de lujo y buen gusto, toda su habitación que era enorme de bellos contrastes, todo lucía nuevo y de gran inversión monetaria; el gorrión apostado sobre la ventana, se le quedó mirando con uno de sus ojos girando su pequeña cabeza para agudizar su visión interna, aunque el gorrión no sabía que ése sujeto allí dormido era el presidente de ése país, en esos momentos; pero el gorrión con su psiquis pudo entrar en el sueño del presidente.... Estaba soñando que el presidente era el chofer de un enorme, robusto y lujoso, carruaje, que solo tenia para movilizar una vieja y desnutrida yegua (la yegua, representa a su pueblo), que si lo viéramos con lógica, no le encontraríamos por ninguna parte, ya que sería impensable imaginar que esa yegua llevaría o traería ése pesado carruaje aunque estuviera vacío, pero el presidente estaba subido en ése carruaje como conductor, bastantes paciente y juicioso, como si alguien se lo hubiera encomendado hacerlo.....






January 7, 2015

El Hombre Pájaro (Séptima Parte)

 
El gorrión llegó hasta el último árbol del  cual estaba enfrente dónde vivía Ismael, se le quedó mirando como Ismael entraba penosamente a lo que él le llamaba su hogar, un edificio viejo, descolorido, sucio y mal oliente, que por el amor a sus cimientos y columnas, sus paredes seguían en pie. El gorrión voló hacia su ventana empañada, lo vio sentado y pensativo, como sucede en la psiquis, el alma del gorrión entró en sus pensamientos... Ismael se sentía mas solo y consternado que nunca; porque para él la bebida era solo algo ocasional y no enfermizo, no podía creer como embrutecida a ciertas personas, que a final de cuentas era su diario vivir, así como él con su soledad, no era un hombre sociable, ya que para él toda la sociedad estaba enfermiza con sus estereotipos, chismes y una lucha constante para que fueran aceptado en cada círculo social donde correspondía situarse, Ismael había escuchado en unas palabras viejas, que la soledad no era buena, palabras de religiosos y recordó a Dios, un Dios al cual había olvidado ya hace mucho; se arrodillo sin pensarlo dos veces en frente de la única ventana que tenía su cuarto polvoriento y dónde estaba el pequeño gorrión, y rezó así: Oh mi Señor!!! Ayudame a salir de esta miseria de la cual tú no tienes la culpa mas nosotros los hombres que hemos obrado mal, haciéndonos daño entre nosotros mismos, dónde se vive el verdadero infierno de la injuria, de la necesidad, la humillación, el desconsuelo, el hambre, la deshonra, la vulnerabilidad, el crimen, la injusticia, donde el amor está emparentado con la necesidad monetaria y todo lo que se refiere a la crueldad social, que estoy seguro que no es tú santa voluntad ni el sueño que un día tuvisteis al llamarlo paraíso; tan solo te pido fuerza y lucidez para seguir luchando, porque lo peor que nos puede pasar a los que vivimos está triste realidad es el acomodo y el rendimiento, ya que vivir arrodillado ante la miseria y la injusticia, es el peor pecado que nosotros los miserables podemos cometer...
 El gorrión al ver y sentir la pena, el agobio y la tristeza de Ismael alzó vuelo en lo ancho y alto del cielo azul e iluminado; fue a depositarse ante un hermoso y gigante abeto, estaba en lo más alto de ése imponente árbol, desde allí divisaba casi todo el panorama desolador de ése barrio empobrecido, oscuro y sucio, desde allí se miraba todo gris y áspero, pero alzó la vista en unas colinas muy lejos dónde ése gorrión estaba y en ellas divisaba unas gigantes casas, que eran visibles donde el gorrión se encontraba, sin pensarlo mucho alzó vuelo hacia esas colinas, su travesía era plácida y ligera, era como cruzar otro mundo, otra dimensión, era como otra vida, como si estuvieras muerto y volvieras a despertar a una mejor vida, no le quedaba dudas al gorrión que esos mundos estaban muy bien marcados y definidos.

January 6, 2015

El Hombre Pájaro (Sexta Parte)

 
De la cual el poeta decía: Una copa tras otra, de pie o apenas sentados en bancos se embriagan, se embrutecen, pierden el sentido, se vuelven hoscos, agresivos, sacan las cuchillas y hieren, a quien se les enfrenten. El agua ardiente, verdadero demonio. Si la mujer, logró sustraer algunos reales; si no la pobre muchacha corretearan los Lunes, angustiada, para encontrar el que comer, la medicina para el herido y los honorarios para el abogado, inflexible en la exigencia para los anticipos. Todo el sudor de la semana, pasan, a convertirse en dinero maldito a la gaveta de la taberna, y entonces viene la sangre. Desde las cuatro de la tarde, comienza el desfile del regreso. Los que vi pasar por la mañana, alegres, ligeros, vuelven vacilantes, dando tumbos, cayendo aquí y allá. Barbotando palabras sin sentido. Algunos caen y quedan ahí o son llevados por los camaradas, apaleados por el policía que castiga como desacato.
 Si, esta calle, donde hace ya cinco años veo desfilar, domingo a domingo, una caravana de hombres ensangrentados; esta calle por donde bajan por la mañana la alegría y la vida, y suben por la tarde cambiada en tristeza y muerte, esta calle que debería ser toda ella roja, tanta es la sangre que ha empapado su suelo, es la calle de la muerte, calle del agua ardiente, calle de la cárcel, calle del infierno, si, esta debería llamarse calle de la sangre, nuestra calle; pues nosotros vivimos y gozamos de la sangre que mancha y enrojece el suelo de esta calle. El presupuesto y transformada luego en la mentira de la cultura, vivimos y gozamos nosotros los presupuestos. Con esa sangre vamos a Europa a divertirnos y a corrompernos, si todavía nos falta corrupción con esa sangre se paga el diploma y los banquetes patrióticos; con esa sangre cubrimos los gastos de mil cosas superfluas, dañosas, tontas o inútiles; con esa sangre sostenemos la vida de monerías que imaginamos civilización y progreso. Con esa sangre se paga nuestro ocio, nuestro lujo, nuestras joyas, nuestras mansiones, nuestras quintas, toda nuestra vida ociosa, mentirosa, gris y charlatana, alimentada incesantemente con el dinero maldito. El dinero maldito esa es nuestra vida esa será tambien nuestra ruina.
 La esposa y la madre, van a la ciudad, a dar la vuelta, que a veces duran días y semanas. Otra vez, peleó; acusa al ebrio de desacato, de atentado a la autoridad. Borracho y herido va a la cárcel como a la penitenciaría; durante cuatro meses las hermanas, han tenido que estar yendo y viniendo, y por fin, a fuerza de empeño, de influencia de deudas, han sacado libre al hermano. Otra vez vendió la cosecha de frijoles o el maíz, o un quintal de café, o un buey, y un instante se consumó a la ruina, y se gasto en agua ardiente, otra veces la coge larga, desaparece, y han pasado ya seis días sin que nadie traiga noticias, por fin a los quince días, vuelve flaco, abatido, haraposo y enfermo.  
 Otras veces si es pendenciero, llega hecho una furia; golpear a los hijos y quiere matar a su mujer, y todo se vuelve un espanto. Mujeres han de salir corriendo perseguida por ebrio, ha vida de infierno donde todo es pena!!!  donde el trabajo se va como agua; y es obra nuestra, de todos nosotros; Que no vamos a ponerle a nadie puñal en el pecho para que no beba? Si tiene remedio: el remedio esta que aprendamos a distinguir lo que es trabajo y lo que es infamia; en que aprendamos a notar diferencias entre vender pan y vender veneno; hay riquezas honorables y riquezas vil. No te apenes si el mundo marcha a su perdición, Dios conoce tu incapacidad, y vera en quien confía la tarea de redimir el mundo. No explote la embriaguez, ni el juego ni la miseria, ni la prostitución. Tan sucio pan no debe de alimentar a las personas....
 Nota: extracto sacado de su obra: El Dinero Maldito. Alberto Masferrer, autor, editor, diplomático, poeta, profesor y presidente adjunto; Nació en Usulutan, El Salvador 1868-1932, que descanse en paz maestro....