Salía del templo aquel día triste y gris, cuando al pasar yo te vi; Hay! Alma en pena, hermosa es tú aura, que al verte la virgen te creí.
Hay, de mí! alma en pena, No se que tiene las flores, Hay alma en pena! Las flores de aquel camposanto, parecen que están llorando cuando las mueve el viento; Hay, alma en pena! Parece que están llorando.
El que no sabe de amores no conoce de martirio. A un Cristo de hierro arrodillado mis penas yo conté; cuales no serian mis penas qué el Cristo crucificado lloró la desgracia de mi dolor.
Hay de mí, alma en Pena! Dos besos llevó en el alma, que no se apartan de mí; el último beso se lo di a mi madre, y el primero te lo di a ti.
Tengo frío alma en pena, tengo frío; cubreme con tú manto de flores 💐 y llévame al río de las almas.