Cuando el mundo era leche y miel, y la magia era fuente de la verdad.. cada día escucho las arenas del desierto mientras se mueven y susurran ¡Ven y navega en mi mar dorado! Me exige mi Diosa. Tú mar ofrece calma, bonanza sin contagio, y me embarque con tal presagio, y vi cada rumbo que se ofrece a las almas. Me besaste mis labios imprudentes, tus pechos me rasgó el alma; quise huir pero tus alas mueven al clima diferente.
Ella me guía en sendas placenteras, su templo es un placer ciego, bebí de su copa, me quemó con su ardor mi alma.
¿La has visto caminar sobre el agua?
¿La has visto volar hacia los cielos?
¿Has probado su néctar?
Ella lleva a los corazones imprudentes a la tierra del horizonte perdido; tus cadenas atan mi alma ¡lo sé! pero ya estaba decidido a perderme.
¿¡Cuántas veces amigo!? ¿¡Cuántas veces!? El amor en los placeres siempre terminan en ardiente suspiros; y cuando el amor nos dió su dulce néctar, nuestros sentidos todos embriagados ¡Deleite Divino! Nuestra alma y cuerpo gustó de dicha, y el placer supremo.
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