La Comedia del Pobre (Novena Y Última Parte).

 

Su padre se le quedaba mirando fijamente a su hijo con mucha seriedad, no podía creer que su hijo fuera tan ingenuo, pero a la vez sentía que tenía un deber con él de aclarar muy bien la vida, tal cual es, al menos como percibía los que sufren ese duro flagelo; después de dar una fuerte calada a su cigarrillo mirando la noche estrellada, le respondió: en todos los niveles sociales hay criminales, ladrones, embusteros, etc. Pero donde predomina la pobreza y la miseria se acentúa mucho más, propasando cifras espeluznantes; la pobreza trae consigo desesperación, hambre, discriminación, servilismo, prostitución, hampas de la droga y todo aquello repugnante que jamás el ser humano mismo se imaginaria hacer tales cosas; pero lo más inhumano es que algunos se sirven de esa misma pobreza, desesperación e ignorancia para aprovechar su dominio y prestigio ante los demás, dando rienda suelta a sus bajos instintos; el servilismo de los mismos pobres ante ellos es una clara manifestación de su vulnerabilidad entre nosotros mismos. Es preocupante saber hijo mío que a pesar de tantos criminales que debemos lidiar día con día entre nuestra misma clase social, hay líderes que se empeñan en doblarles las rodillas a todos esos pobres inocentes para que sean presa de sus mismos miedos...
  Al día siguiente...Jerónimo se levantó ya muy tarde de su cama por hablar con su padre altas horas de la noche, miro su billetera quería cerciorarse cuánto dinero le habían dejado los ladrones, si acaso le habían dejado algo... hurgo por todos lados de la billetera hasta sus lugares que él le llamaba secreto pero no encontró nada de efectivo, después de la nada saco un preservativo inflado en su envoltorio original inmaculadamente sellado, con una fecha de vencimiento que ya sobrepasaba los ocho meses; en esos instantes recordó cuando lo compró en una farmacia de su barrio hace más de un año, era su primer preservativo ya tenia el bigote ralo y su voz había cambiado a un tono elevado, también recordó cuando el empleado de la farmacia se lo entregó pagando el precio justo con anticipación, era un momento muy feliz para Jerónimo, no se lo podía creer, su sonrisa era de oreja a oreja y hasta le brillaban sus ojos llenos de picardía y lujuria; hoy miraba ese mismo preservativo con mucha tristeza y melancolía.
  Jerónimo le pidió otro préstamo a su padre, para volver al negocio de los caramelos ambulantes, simplemente no se podía dejarse vencer ni amedrentar por la delincuencia de su estrato social, tenia que seguir y de algún modo sobrevivir en esa dura vida que hasta la misma suerte le había dado la espalda; iba con sus dos bolsas grandes repletas de caramelos de todos los colores, formas y sabores, era muy temprano, esperaba en una parada de autobuses que llegara el primer transporte para ofrecer a los usuarios del transporte público sus sabrosos caramelos, detrás de él había una templo espiritual y el guía de todo ese rebaño gritaba a todo pulmón la buena nueva, un mensaje de lo divino para todos aquellos que quisieran convertirse en un manso cordero y sobre todo ser sumiso para que se cumplieran en ellos todo lo que Dios había prometido, pero siempre bajo la tutela de ese guía espiritual, porque así quería Dios, según afirmaba el guía espiritual, todos gritaban aleluya!!! para ellos él era el ungido, un profeta de Dios, ya que solo él tenia privilegio de como comunicarse con nuestro creador y sobre todo, interpretar a lo que él le llamaba sagradas escrituras; afirmaba continuamente que el libro que tenia en sus manos era la palabra de Dios, tenia que ser convincente, ya que todo depende que sus seguidores tomaran como cierto esa aseveración, después venía lo demás, les afirmaba que tenían que poner la otra mejía si alguien se propasaba con alguno de ellos, que tenían que quitarse su vestimenta si era necesario para dársela al que lo quería, que tenían que abrazar la pobreza como su única salvación, ya que todos los pobres eran humilde de corazón y heredarán el reino de Dios...en esos instantes tres delincuentes pobres se le acercaron a Jerónimo por la espalda, sin que Jerónimo se diera cuenta, hasta que sintió que entraba unas cuchilladas en el dorso de su cuerpo, eran tan fría y despiadadas las afiladas cuchillas, así como los corazones de esos pobres delincuentes, Jerónimo ya no se pudo sostener de pie y sentía como caía en cámara lenta sobre el frío pavimento, volteo hacia un lado su cabeza abriendo sus moribundos ojos donde veía a esos delincuentes pobres que corrían con las bolsas de sus caramelos, antes de cerrar sus ojos escuchaba a lo lejos la voz del pastor de la iglesia, hablando mas bondades de la pobreza....
 Seis meses después..... Jerónimo estaba a tan solo un pie de aquella hermosa ciudad que solo lo había visto por televisión, estaba exhausto apena se podía sostener en pie, miraba detrás de él dónde estaba ese inmenso desierto y sus compañeros de infortunio, los que habían quedado de esa terrible travesía, otros habían desistido y otros perdido en ese infierno, todos cargaban un galón de agua, a Jerónimo sólo tenia un sorbo en ese recipiente plástico de ese vital líquido, se subió su camisa para cerciorarse que sus heridas habían sanado completamente; miro de nuevo el horizonte prometedor frente de el, donde para mucho como a él, era la tierra que nadie le había prometido, pero sin ser asi, queria ser parte de ella, donde se reiventaria a él mismo, donde las oportunidades son para todos aquellos que quieran salir adelante con muchos sacrificios, dignidad y sobre todo paz; miraba atrás de su espalda y le salian las lagrimas al recordar que detrás de él quedaba su hermosa familia, su padre, su madre y sus hermanos, pero sin ser así, dio ese paso tan trascendental para su vida futura.