Como el relámpago que al verlo te sega
Pero al mismo tiempo nos revela en nosotros la soledad de Dios
Lo monstruoso de una realidad es cuando los sueños huyen
En ese territorio engalanado por las burbujas de la muerte
Nuestras vidas, a la deriva, hoy más que nunca
Donde los comensales persisten ataviados
Por el prestigio de estar
A cada cual su copa de vino, que se acaba cuando empieza la sed
A cada cual su plato de comida, para engañar el hambre
Sin saciarse ¡jamás!
La comunión con la vida se mira ilusorio, el milagro a la inversa
La muerte a la vuelta de la esquina, el milagro al revés
Entre un cuerpo y el otro, la caída
El enemigo invisible, antojadizo desprendiendo almas
Se asemeja al latido sombrío, con unas alas dan vuelta a la eternidad
El pulso del adiós, debajo de la tierra
Si, la nueva realidad
Que los más sensatos gritan ¡hay que proteger la vida!
Los insensatos se preguntan a viva voz
¿¡De que sirve la vida sin dinero y posesiones!?
Y los que no tiene opciones, rezan para no traer la maldición a sus hogares
La vida a cambiado sin darnos cuenta, tal vez para siempre
Unos la aceptaran, otros se negaran hacerlo
Pero todo será cuestión de tiempo, para aceptar...
lo que conocimos hasta ahora, lo que queda
sera un pasado, solo un sueño ilusorio
así como todas las realidades, un surrealismo frustrante
La nueva realidad es un sello de clausura, sobre todas las puertas del deseo.
