¡Todos a bordo, que vamos a partir! ¡Este es el tren de la muerte! que cruza por la vida de cada uno de nosotros. Vamos a escapar de la nostalgia que nos condena al pasado; hasta comprar todo lo que no necesitamos, que ya no nos importe los adictos al dinero, que probablemente seamos todos. Este es el viaje mas terrible y maravilloso a la vez, el mas delicioso, el mas absurdo, el mas alucinante... ¡Adelante! ¡Pueden subir todos! solo es necesario que hayas nacido, no importa donde; en los barrios caros o pobres, hijos de generales o degenerados, explotadores y explotados, dirigentes y dirigidos, presidentes o presidarios. Este es el viaje mas extraordinario y vertiginoso, surrealista; imaginémonos el gran espectáculo, a la izquierdas los revolucionarios y a la derecha los neoliberales; y en el medio los hombres que deciden su propio destino, es decir: de dos a uno.